domingo, 27 de junio de 2010

ahora se puso feo...

Estimadísimos: gracias de nuevo. Por haber recuperado el honor con dos buenos goles como se debe, y aunque un error del árbitro nos puso en ventaja, que sea por mérito propio que se gane el partido.
Y porque tengo amigos mejicanos a los que quiero mucho: felicitaciones. En ningún partido sufrí tanto como en este contra ustedes, Señores.
Ahora se vienen los teutones, y yo en Toulouse en el casamiento de un amigo, sí, el sábado a las 4 de la tarde hora europea, exactamente cuando empieza el partido. Merde! Pute!

martes, 22 de junio de 2010

lo logramos

¡Gracias, muchachos!

lunes, 14 de junio de 2010

Praga

El cambio de estación siempre significa algo. Uno sabe que el clima cambia, y ya sea que el cambio sea bienvenido (el calor de la primavera, los colores, las horas extra de sol) o no (la nieve, entrar y salir del trabajo a obscuras), el proceso de adaptación involucra algún tipo de cambio interno. La primavera se hizo rogar este año, y aunque en esta región de Alemania llueve bastante en los meses cálidos, de todos modos los días se alargan y la temperatura sube. Esto viene acompañado de un mejor estado de ánimo y, sinergéticamente, de más oportunidades de usar la moto.
Pero este año vino con un regalo: la empresa para la que trabajo tiene que probar motos, y tiene una lista de empleados que reúnen ciertos requisitos, a los cuales se les da vehículos para que se los lleven de un día para el otro o para todo el fin de semana, con combustible pago. Hace unas semanas pasé a formar parte de esa lista, y hasta ahora tuve la suerte de manejar algunos bichos bastante interesantes. Andar en moto por andar en moto. La única condición es hacer 150 km por día. Qué terrible.
En fin. El fin de semana fui con Novia a Praga. Desde Múnich son nada más que 350 km y se pasan rápido. Como siempre, un par de fotos:

Un señor que aparentemente hace muchos años que toca la trompeta en Staré Město, frente a la iglesia de San Nicolás.

Staré Město, la plaza principal del centro viejo de Praga.

Una farola.

Mucho para contar del viaje no hay. Fue una escapada de fin de semana. Estuve un par de veces en Praga pero igual me encanta ir ahí, y me hace gracia que cada vez que voy fotografío casi las mismas cosas, sin querer. De ánimo estuve bastante bien, no como ahora.
Espero que este dolor de alma se me vaya, porque pesa mucho.