sábado, 16 de noviembre de 2013

idas, venidas y vueltas

La depresión es un asunto delicado, y para complicarla, cada afectado es un mundo. Hay muchísimas pastillas disponibles para "tratar" este asunto, donde el proceso de ver cuál es la que ayuda a cada paciente es como jugar a la ruleta rusa pero con 5 balas en el tambor. La mayoría son medicinas usadas para otras cosas y que se les descubrió efectos sobre la depresión en un pequeño porcentaje de personas. Las otras son un coctel de las anteriores, con la esperanza de poder bajar los efectos secundarios de un ingrediente en particular y reforzar el efecto perdido agregando de los otros. También los hay que no se tiene idea de qué es lo que hacen, o apenas si se diferencian estadísticamente de un placebo, pero alguien asegura que le ayudó. En cualquier caso, la pastilla que le ayuda a uno puede o no ayudarle a otro, con los mismos efectos colaterales o peores o ninguno. Estos incluyen, sin limitarse, disfunciones sexuales, alimenticias (ganancia o pérdida de peso), del sueño (insomnio o cansancio), agresividad, pasividad, problemas de concentración, tendencia al suicidio y otras preciosidades.
Tentador.

Hace unos 2 ó 3 años, al final de mi carrera medicamentosa probé Johanniskraut (Hierba de San Juan) que es  una planta cuyo principio activo es nada más ni nada menos que un ISRS o Inhibidor Selectivo de Recaptación de Serotonina. Fue el coletazo de ballena antes de mandar a la mierrrrrda a mi aquél entonces psiquiatra que no hacía más que usarme de conejo de pruebas para los brebajes que la angelical industria farmacéutica nos regala. Esta hierba, a diferencia de otros ISRS, resultó ser mucho más inofensiva en términos de contra-indicaciones y efectos colaterales, pero igual de inefectiva en producir algún cambio apreciable en mi condición. Ergo, después de un par de meses pasó al olvido y me concentré en la terapia cognitiva que venía haciendo.
Hace algunas semanas la cosa se complicó. Pasaron cosas y la situación se hizo desesperada. El médico insistió en volver a intentar con medicación, y la única pastilla a la que accedí fue la Hierba de San Juan, no por su efectividad sino por su piedad a la hora de destruir el resto de mis capacidades.
Y sin embargo... voilà. En pocos días el telón oscuro que arenaba cualquier placer de todo lo que se me presentaba se levantó y empecé a sentirme mejor.
¿Qué cambió? Novia no está más en mi vida. Eso eliminó una fuente constante de frustración y tensión. Empecé a entender algunos trucos de cómo evitar la tensión, a cagarme en más cosas y a priorizar mi bienestar en lugar de relegarlo. Más que eso no puedo agregar. Realmente es básicamente un misterio por qué ahora esta píldora funciona y antes no, pero así es y, para ser honesto, a quién joraca le importa, ¿no? Mejor disfrutar el calorcito antes de que pase la próxima nube. Y en eso estoy.

2 semanas, 3 días, 23 horas y 48 minutos