lunes, 18 de agosto de 2014

el lado verde del pasto II

Holly cow! Por un comentario que dejó Flavia, releí la entrada original y no puedo creer que haya sido hace apenas un mes (exacto).
Esa vez escribí que era la segunda vez que pasaba en casi 8 meses de relación. Pues bien, abrí la bocota antes de tiempo. Ahora son casi 9 meses y vamos por la cuarta vez que a la buena señorita se le vuelan los patos y me deja pensando, pero con una diferencia: para la última, estábamos de vacaciones en el sur de los Países Bajos con la hermana y el marido. Ahí aprendí, un poco por las buenas y un poco por las malas, que es un mal que se extiende a las tres chifladas, o sea Novia y sus dos hermanas. Y cuando eso pasa, la respuesta hay que buscarla en otro lado, no muy lejos: la madre.
En este caso se trata de una masa de 130 kg de envidia, animosidad, egoísmo y mala leche. Un metro setenta de altura, y muchos kilómetros de bajeza, al punto de que en esa subdivisión que podemos hacer de las mujeres, no la podemos poner en la majestuosa categoría de Madre (la que se lo gana, no la que tiene sexo y nueve meses después pare). Porque para cualquier Madre, la felicidad de los hijos es la prioridad número uno, y en este caso eso no sucede.
En fin, tuve la no tan críptica revelación de darme cuenta rápido y evitar gastar pólvora en chimangos tratando de cultivar una relación condenada a darme dolores de cabeza. La leí rápido, me asesoré, y guardo distancia. Como decía uno: el que no te agrega, te quita. Y a la mierda.
Volviendo a Novia. Después de sus pedidos de perdón (ya se le va haciendo ritual) y un asomo de entendimiento (sin eso sería pro forma) llegó el momento para mí de irme con la moto a donde el sol brillara más. Ella se quedó 2 ó 3 días sola con la hermana y familia, y ahí es donde tuvo oportunidad de vivir la misma situación que ella provoca, pero como espectadora. Los actores, esta vez, eran la hermana y el marido. Hermana de Novia se mandó una y en lugar de entender que por su culpa el marido se sintió para el traste, se cerró como culo de muñeco y él se quedó no solamente sintiéndose mal por lo que su mujer le hizo, sino por la sensación de que a ella no le importó y su orgullo es más grande que su amor. Presenciar esto, para novia, fue una epifanía.
Interesante fue que unos días antes, cuando llegamos, yo estaba medio sulfurado y charlé del tema con Hermana de Novia, y ella me explicó el fenómeno. Me dijo, entre otras cosas, que no es que sea orgullo sino que tienden a cerrarse, como una tortuga que se repliega en su caparazón. Simplemente se ofuscan. Hasta ahí todo bien, pero si están tan conscientes de esto por qué no intentan cambiarlo (¿?). Somos adultos y el decir "soy así", sobre todo cuando uno hiere a los demás, no es lo que se dice productivo. Como ejemplo siempre pongo el que yo soy una persona agresiva; mi primera respuesta ante cualquier situación exigente es algo así como la de Terminator. Esto es algo bastante inherente a mi personalidad, y muy a mi pesar apenas si puedo cambiarlo. Así que si el arte está en jugar con la mano que a uno le toca, lo que hice fue aprender a esperar. Simplemente espero, y después de unos segundos mi cerebro propone alguna alternativa más constructiva. Mi agresividad sigue ahí, lo que hice fue aprender a sobrellevarla para no dañar a otros y a mí mismo. No siempre me funciona pero es una satisfacción el poder decir que con inteligencia y voluntad voy logrando de a poco superarme. Y la paciencia, apoyo y consejo de los que me quieren es el ingrediente crucial para seguir mejorando.
Y eso es lo que le ofrezco a Novia. Es una mina inteligente y seguro va a saber aprovechar la oferta.

No hay comentarios.: