martes, 28 de abril de 2009

la nueva

Para hacer honor al título de este, mi modesto espacio, presento en sociedad a Moto, mi nueva esposa:


La señorita tiene 155 caballos deseosos de galopar, y pesa, con un servidor encima y tanque lleno, cerca de 400 kg. Velocidad máxima a determinar, pero por lo pronto puedo dar fe de que pasa de los 250 km/h. Mi ex, la BMW, sigue ahí rogando por un nuevo dueño y le sigo bajando el precio, pero parece que los alemanes no andan tan de motocompras este año. Merda.
Pero la novedad de esta semana es otra. Hoy a la mañana vine al trabajo y tenía un mensaje del jefe nuevo (me postulé para una posición en otro departamento de la empresa y me aceptaron) diciendo que el papelerío fue aprobado por quien sea que lo tenía que firmar y el puesto es ahora oficialmente mío. Así que tuve que avisarle a mi jefe actual de que en cuanto sea posible me voy a otro lado.
La verdad no fue una charla agradable. El tipo es macanudo, pero no es una cosa que sea agradable de comunicar y creo que se resintió un poco. Mañana es mi evaluación anual del desempeño y cuento con una calificación más bien pobre. No lo culpo. Los últimos meses no estuve lo que se dice motivado, y cuando se lo conté a mi jefe directo no me dio bola, así que en lugar de plantearlo más arriba simplemente decidí que era hora de mirar afuera del departamento y empezar con alguna otra cosa.
Así que si el tipo no pone demasiados peros, el 1ro de julio me mudo. Honestamente no estoy delirando de la alegría porque lo que hago ahora me gusta mucho, pero el puesto nuevo me ofrece más alternativas y eso es lo que busco. Veremos si la emboqué.

domingo, 19 de abril de 2009

el camino

El camino de la depresión es difícil. Con el tiempo que llevo en ese camino logré sacar algunas conclusiones. Muy pocas, porque es difícil diagnosticarse uno mismo; en lo general con cualquier problema de comportamiento, pero en particular con la depresión, porque afecta nuestra facultad de percibir la realidad en la forma en que los demás lo hacen. La depresión, ante todo, elimina las connotaciones emocionales de los eventos que suceden a nuestro alrededor. Lo que antes nos causaba alegría, tristeza, amargura, hambre, excitación, ilusión... en una palabra, emoción, ya no lo hace. No hace nada. Nada impulsa a actuar, ya sea en una dirección u otra. ESO es lo más difícil de combatir. La depresión se asocia muchas veces con tristeza pero no es así. De hecho, la tristeza sería hoy por hoy un lujo para mí. Ni siquiera eso me queda.


¿Cómo llegué hasta acá? Me lo pregunto muchas veces. Desde un punto de vista pragmático, para solucionarlo, y hasta desde un punto de vista científico, de puro fascinado que estoy con este asunto, si no fuera porque me anula como ser humano. Duro y transcurro, pero no vivo.
Cuando un ser cercano a uno muere, es lógico sentirse triste. Uno no tiene ganas de reírse o de festejar, y las cosas tristes lo hacen sentir peor. Si la situación continúa, si pasan más cosas malas, que son como una mano pesada en el hombro de uno que evita que nos volvamos a poner de pie, en algún momento esa mano toma control y nos invade. En ese punto, como todo lo que sentimos es malo o feo, por pura autoprotección empezamos a cerrarnos, a dejar de sentir. Es un proceso natural y efectivo, por lo menos en el corto plazo. Si no tuviéramos este mecanismo no podríamos sobrevivir, y vivir es un instinto mucho más fuerte que el preocuparse por la calidad de vida que se lleva.
El problema radica en que si nos cerramos demasiado y durante demasiado tiempo, en algún momento perdemos la capacidad de sentir. Lo que nos amenazaba no está más, pero perdemos la práctica y la sensibilidad que nos permite volver a sentir lo que nos pasa. La línea que nos comunica con nuestro corazón se deteriora y atrofia, se daña hasta el punto de que es dificilísimo re-establecerla.
Cada uno de nosotros es diferente, y cada uno tiene un límite diferente de lo que puede soportar antes de entrar en este camino, y las posibilidades de volver a la vida son también diferentes.
Me extraño. Extraño al Martín que se podía cagar en los problemas y verlos como oportunidades de aprender. Extraño sentirme no frustrado, que lo que hago tiene un motivo y un sentido, que levantarme a la mañana sirve para algo más que para aumentar la entropía del universo.
No, definitivamente no puedo presumir de honrar la vida.

martes, 14 de abril de 2009

soy un pervertido

Es que no es mi culpa, sino de mi suegro. El domingo pasado después de comer se presentó muy altivo con su proyector de súper 8 de hace casi 30 años todavía funcionando como nuevo. Made in Germany, obviamente. Y ahí se mandó el tipo a poner videos de cuando Novia era chica, unos 2 años, jugando en el subibaja o tirándose de los pelos con el hermano. Pero sin "agua va" el pelado va y me pone un video de la nena a los 15 ó 16 añitos saltando en un bote inflable con una bikini blanca. Para los que conocen a Novia, digamos que uno puede estacionar cómodamente una bicicleta en ese escote... o una moto... o un Scania, da igual. El problema, sin embargo, es que la nena en el video no tenía 15 ó 16 como yo pensé, sino 12.

Soy un cerdo.

En fin, a otra cosa. Como siempre, estoy escribiendo porque estoy esperando que termine un cálculo en la computadora y estoy nervioso porque en 1 hora tengo una entrevista de trabajo (la segunda para el puesto) y sé que el jefe del jefe va a estar y me da cosa. Me traje la camisa y los zapatos en una bolsa, porque si me aparezco de camisa en el antro donde trabajo (todos ingenieros, no hay una sola mina), llaman a la policía. Sí me bañé y me afeité, lo cual ya levantó las sospechas de más de uno, pero les dije que tengo que renovar el pasaporte y listo.