martes, 17 de enero de 2012

Grace Kelly en turco

Hay personas que se contentan con un libro, o poder hacer un bizcochuelo, o aprender francés. Cada uno tiene algo con qué rascarse cuando le pica las ganas de superarse o de dejar algo que valga la pena para la posteridad (en lugar de para después). Uno a veces lo sabe, pero a veces no. Y a veces ni siquiera sabemos ganas de qué, solamente que nos falta algo. Yo me pregunto: ¿qué nos rascamos cuando escribimos un blog? ¿tenemos insatisfechas las ganas de qué? ¿qué buscamos?
Una amiga a la que respeto pero que es muy polarizadora, me dijo que le parece una estupidez escribir un blog. No sé los demás por qué lo hacen, pero no me extrañaría que mis razones sean estúpidas. No será ni la primera ni la última vez que hago algo de tarados. Creo que en mi caso escribo por una necesidad de usar al lector como conejillo de indias para mis ideas, para ver qué reacción generan en desconocidos antes de ponerlas en práctica. O a lo mejor para sentir que tengo voz. O que a alguien le importa lo que digo o pienso.
Con la misma curiosidad me pregunto por qué fotografío o por qué ando en moto. En el caso de la fotografía, me provoca placer jugar con una cámara, con todos los botones que tienen. Eso es un instinto masculino. Pero las imágenes, ¿para quién son? Por supuesto que me gusta que admiren mi habilidad con la cámara (si es que la tengo) y mi visión del mundo, pero quisiera creer que eso no es todo. Me gusta pensar que, primero que nada, fotografío para mí, como quien hace un barquito con una servilleta para después hacerla un bollito y tirar su obra a la basura. Para ver si podía, o qué lindo que sale el barquito. Excepto que las fotos las guardo porque me gusta mirarlas. Adoro la belleza, sobre todo lo que se ve. Y creo que ese es el producto último de practicar fotografía, por lo menos para mí: crear belleza. Alguno diría que no es crear, sino capturar. Es discutible. Yo digo crear porque uno, con la técnica, ya sea antes, durante o después de capturar la imagen, la modifica, y eso implica ser partícipe en la creación. Además, si no sacara la foto, la mayoría, la recontramegasuperabsolutaindiscutible mayoría de las veces, pasaría desapercibida. Captarla y capturarla son, entonces, a los fines de quien mira la foto, tan importantes como la creación de lo fotografiado, y en definitiva los últimos pasos en los eventos que condujeron a la creación de la foto. La imagen estaba ahí, la foto no.
Ahora que lo discutí con el teclado, creo que entiendo por qué fotografío, y el porqué ando en moto prefiero dejarlo para otra vez. Pero sigo sin entender por qué escribo en un blog.
¿Alguno/a que se ofrezca a tirarme un par de teorías?

A propósito, acabo de agarrar un canal de esos que uno siempre se saltea, y pasaban una película de 1953 con Grace Kelly, doblada en turco. El equivalente culinario sería comer una hamburguesa con dulce de leche.