miércoles, 27 de marzo de 2013

me hubiera quedado en casa

Hace unas semanas conocí a una chica. Salimos un par de veces a caminar juntos, siempre con la hija de 6 años. La nena es muy simpática y agradable y la verdad que a pesar de mi falta de experiencia tratando con alguien de esa edad, la pasé bárbaro e incluso nos agradamos. La madre y yo nos llevamos bien y de a poco me empezó a surgir la necesidad de verla a solas, sin la hija.
Una noche, la semana pasada, salimos a cenar ella y yo solos. Al principio ella estaba tensa pero de a poco se fue soltando, hasta que al final de la noche logré sentirme de alguna manera conectado, en la misma frecuencia, no sé cómo explicarlo pero creo que el sentimiento es claro y todos lo conocemos. La acompañé hasta la casa y cuando nos despedimos me abrazó, y me abrazó, y la abracé. Por varios minutos permanecimos abrazados, como dos adolescentes, disfrutando la presencia tan cercana e íntima pero a la vez inocente del otro. Hacía años (10, que recuerde) que no disfrutaba esa sensación de cercanía con una mujer.
Estuvimos a punto de besarnos pero no quise culminar la noche con algo tan obvio en su lugar simplemente dije "buenas noches" y me fui. Quería que el sentimiento se repitiera y volver a estar en esa situación y ahí sí, besarnos.
Al día siguiente me sentí muy bien y la llamé por teléfono y todo estaba fantástico, hablamos de lo mucho que nos gustamos y lo increíble que nos sentimos. Quedamos en vernos el fin de semana, pero no me aguanté. A la noche estaba en el centro, a unos 10 minutos de su casa, y le envié un mensaje preguntándole si podía pasar, a lo que me respondió que era muy tentador pero no sabía si podía comportarse. 10 minutos más tarde le toqué la puerta y me hizo pasar. Después de calentarme las manos en el agua tibia de la cocina (1° bajo cero en Múnich y yo en moto), me senté en una silla en el comedor. Y ahí fue cuando me empezó a explicar lo mal que había hecho en ir y por qué no debería estar ahí. Me hizo sentir como la mierda, así que me levanté y me fui.
Los días que siguieron me mandó muchos mensajes de texto y de correo disculpándose y ofreciendo explicaciones y contándome cuánto necesitaba estar conmigo, pero le dije cómo me hizo sentir y que prefería que no nos contactáramos más.
Esta noche fui a una fiesta donde sabía que ella iba a estar. Ayer y hoy estuve pensando en ese abrazo y en cuánto me hacía falta esa sensación, y cuando estaba en la fiesta le pregunté si tenía pensado pasar. No me contestó, pero media hora después llegó... acompañada.
Por segunda vez en demasiado poco tiempo, me siento para la mierda.