lunes, 21 de marzo de 2011

Fukushima

Ninguna duda: lo mío es chiquito. Pero es una realidad que las cosas nos influyen en forma directamente proporcional a su magnitud e inversamente proporcional a la distancia, no solamente física sino también emocional.
Nikita se muere. Hace unas 36 horas que no come y casi no se mueve. Yace de costado y no reacciona. Apenas respira. Está agonizando y me rompe el alma verla así. Esta mañana salí de casa, cerré la puerta, fui a la cochera y cuando estaba por poner la moto en marcha me dí media vuelta y subí otra vez a ver si podía aunque sea darle agua. No quiso. Ni siquiera abrió los ojos. En un rato me voy de la oficina porque sí o sí tengo que llegar a casa antes que Novia y que la encuentre muerta.