Ya era tiempo.
Estoy de vuelta en la civilización.
Donde las sonrisas pagan y las miradas se cruzan. Las frases no se adornan idiotamente. Se hacen las cosas mal y la vida sigue porque es normal. El aire huele lindo, aunque esté un poco más fresco de lo que me gustaría para fin de diciembre. No hay tantas bocinas, y ya casi se puede cruzar la calle por las esquinas sin mirar. Y la lechuga no parece hecha de polietileno, y la carne tiene gusto a carne y no a barro. Haber nacido no es imperdonable, y respirar a tu propio ritmo no se castiga con campos de concentración. Familia no es una maldición sino una bendición.
En 3 palabras: estoy en casa.
Te amo Mar del Plata.
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6 comentarios:
Me alegro mucho, disfruta! :)
Y qué bien dicho, además.
Que disfrutes mucho, Martín, cargues las pilas y encuentres tus respuestas.
Y el puerto, mejor dicho los bares del puerto! Ya me antojé.
estimados, estoy con una angina tamaño Rottweiler (39,7ºC anteanoche y 38,5 anoche) pero gracias a los antibióticos y al ibuprofeno de a poco va cediendo. En cuanto esté en mejores condiciones escribo algo más. Gracias por los buenos deseos.
Arrima el Alma y abraza mucho,y si puedes quedate.
Un abrazo desde Mexico!
¡gracias Linda!
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