miércoles, 3 de junio de 2020

ignorance is bliss

Cuando uno escribe, casi como cuando uno habla por teléfono, se nota el estado de ánimo con que lo hace. Cuando la persona del otro lado del teléfono está sonriendo nos llega, y cuando alguien escribe con alegría, o tristeza, o por obligación, también. Quisiera escribir sobre algo que no sea la cuarentena, el virus, mi vida sentimental (allá con la armada de Luxemburgo y el sentido del humor feminista), la corrupción, la estupidez humana o lo mucho que extraño andar en moto en Sicilia.

Señores y señoras: Perro.

Mi mamá dijo una vez que los italianos existen para que al resto de nosotros nos quede claro lo inútiles que somos en la cocina. Trasladado a Perro, su existencia deja bien claro que el mejor ser humano no puede ni aspirar a ser tan buena persona. Su combinación de humildad, gentileza y devoción hacia mí no hace más que contrastar con el poder que lleva a escondidas: a las 13 semanas de vida ya podía correr más rápido que yo y ahora puede correr círculos alrededor de Usain Bolt. Esto no es una de mis metáforas exageradas, es maravillosamente cierto: Bolt alcanza una velocidad máxima de 45 km/h; un pastor australiano llega a los 60. Otra maravilla de este bombonazo es que con la misma mandíbula con la que juega a mordisquear mis dedos puede triturar mi antebrazo. Le tiene miedo a un caniche de 6 kg que le ladre fuerte, pero es capaz de enfrentar un mastín inglés de 100 kg si cree que me puede hacer daño a mí, con total desdén por su propia vida. Y como si no fuera una de las criaturas más lindas que conozco, encima tiene un olor exquisito. Entierro la nariz en su pelaje y huele a miel, coco, vainilla, leche fresca, campo, árboles y amanecer. Es obediente, gentil, respetuoso, mimoso, empático, inteligente, leal, incansable, fuerte y resiliente. En conclusión, imaginarme los días sin él es peor que imaginarme los fines de semana sin moto.


Vivir con un ser así no es fácil, requiere compromiso y mucha paciencia. El compromiso es necesario porque no es una tortuga o un hámster: es una criatura inteligente y emocional, con una mentalidad que lo hace muy apegado a su dueño y muy protector. Cada segundo del día está pendiente de lo que yo hago, siento o digo, e intenta complacerme como si toda su existencia dependiera de eso. Si estoy sentado trabajando en la computadora, ahí está a mis pies. Si me levanto a buscar un vaso de agua, a los 5 segundos aparece mágicamente acostado en la cocina. Voy al baño y se recuesta contra la puerta. Voy a dormir y se ubica al lado de la cama. Eso sí, se la pasa del sofá a la pieza y al sillón toda la noche, cambiando de posición cada 20 minutos. Pero a la mañana, apenas escucha el más mínimo cambio en el ritmo de mi respiración, ahí asoma para darme los buenos días.
Si la AFIP, el COVID-19 o la moto no me invitan a tocar el arpa antes de lo que estima el INDEC, casi que le tomo rencor porque sé que se va a morir antes que yo, con suerte en unos quince años; o mejor todavía, en quinientos. La idea es intolerable pero la realidad es inescapable, así que no queda más que ignorarla, enterrándola en algún lugar de mi psique y encapsulándola, algo así como haría el pulmón con el asbesto.
Por supuesto, no soy el único que piensa así. Hay mucha gente que adora a su perro y se le ocurren mil maneras de ponerlo en palabras, pero hace unas semanas leí esta: "Quizás una de las razones por las que es tan lindo tener un perro es que cuando te sentís mal no va a tratar de averiguar por qué." Puede que sea cierto, no sé, pero definitivamente es una de las muchas cosas lindas que tiene: me acepta. Me acepta con mis rabietas y mis cambios de humor y los retos cuando mete el hocico donde no debería. Se aguanta que lo patee cuando camino del sillón a la cama a obscuras en el departamento y el tonto se pone adelante. A veces pienso que me gustaría saber qué piensa de mí, pero a veces creo que es mejor permanecer en la tibia y confortable ignorancia.

2 comentarios:

Linda dijo...

Hola Martín, tenía mucho tiempo de no visitar mis blogs preferidos y me detuve en este. Siempre ha sido un placer leerte. Te envío un abrazo.
Saludos.
Linda.

Martín dijo...

Gracias Linda. Saludos para vos también, y espero que en México con lo del virus estén mejor de lo que dicen en los noticiosos... =(