domingo, 19 de abril de 2009

el camino

El camino de la depresión es difícil. Con el tiempo que llevo en ese camino logré sacar algunas conclusiones. Muy pocas, porque es difícil diagnosticarse uno mismo; en lo general con cualquier problema de comportamiento, pero en particular con la depresión, porque afecta nuestra facultad de percibir la realidad en la forma en que los demás lo hacen. La depresión, ante todo, elimina las connotaciones emocionales de los eventos que suceden a nuestro alrededor. Lo que antes nos causaba alegría, tristeza, amargura, hambre, excitación, ilusión... en una palabra, emoción, ya no lo hace. No hace nada. Nada impulsa a actuar, ya sea en una dirección u otra. ESO es lo más difícil de combatir. La depresión se asocia muchas veces con tristeza pero no es así. De hecho, la tristeza sería hoy por hoy un lujo para mí. Ni siquiera eso me queda.


¿Cómo llegué hasta acá? Me lo pregunto muchas veces. Desde un punto de vista pragmático, para solucionarlo, y hasta desde un punto de vista científico, de puro fascinado que estoy con este asunto, si no fuera porque me anula como ser humano. Duro y transcurro, pero no vivo.
Cuando un ser cercano a uno muere, es lógico sentirse triste. Uno no tiene ganas de reírse o de festejar, y las cosas tristes lo hacen sentir peor. Si la situación continúa, si pasan más cosas malas, que son como una mano pesada en el hombro de uno que evita que nos volvamos a poner de pie, en algún momento esa mano toma control y nos invade. En ese punto, como todo lo que sentimos es malo o feo, por pura autoprotección empezamos a cerrarnos, a dejar de sentir. Es un proceso natural y efectivo, por lo menos en el corto plazo. Si no tuviéramos este mecanismo no podríamos sobrevivir, y vivir es un instinto mucho más fuerte que el preocuparse por la calidad de vida que se lleva.
El problema radica en que si nos cerramos demasiado y durante demasiado tiempo, en algún momento perdemos la capacidad de sentir. Lo que nos amenazaba no está más, pero perdemos la práctica y la sensibilidad que nos permite volver a sentir lo que nos pasa. La línea que nos comunica con nuestro corazón se deteriora y atrofia, se daña hasta el punto de que es dificilísimo re-establecerla.
Cada uno de nosotros es diferente, y cada uno tiene un límite diferente de lo que puede soportar antes de entrar en este camino, y las posibilidades de volver a la vida son también diferentes.
Me extraño. Extraño al Martín que se podía cagar en los problemas y verlos como oportunidades de aprender. Extraño sentirme no frustrado, que lo que hago tiene un motivo y un sentido, que levantarme a la mañana sirve para algo más que para aumentar la entropía del universo.
No, definitivamente no puedo presumir de honrar la vida.

29 comentarios:

pal dijo...

La depre es una enfermedad, anda al médico. Los antidepresivos son exquisitos, no te quitan la pena, si es externa, pero te estabilizan. Valen la pena.
La describes perfecta a la depre.
Tú hablas desde la perspectiva del que la tiene, yo te cuento lo que pasa por la cabeza del que te quiere y te soporta: te miras el ombligo todo el día.
No digo que así sea, sé que no es así! Pero así se ve.

Por lo mismo, no te voy a empezar a dar ánimos porque sé que eso molesta.
Te deseo suerte y que te mejores pronto. Eso.
(Sobre la vida hablamos cuando quieras, yo pa conversar soy "mandá'hacer". Estoy aquí y en Tü. Eso ya lo sabes, no te lo repito más, tampoco quiero molestar.)
Besotes.

Luisa dijo...

No,Martín, no digas ésa frase final...táslocoo!!...¿Cómo no?...
sólo que a veces la gasolina puede que se agote, pero eso no quiere decir que no querramos seguir el viaje.
Yo no sé realmente qué es la depresión, sin embargo, más de una vez he pasado por fases tremendas que igual si me hubiera diagnosticado,me hubieran sacado muchas cosas...
Tan mal,amigo...como tener en fila detrás de cada una, una pastilla para tomarme y ya acabar con todo de una sóla vez(esto nunca lo había dicho) una por cada pesar, por cada cosa que pensaba que no tenía ni sentido ni solución...No pude, sólo de imaginar quién me encontraría y lo que resultaría para él (para mi madre,por mi mamá no lo hice)..aprendí que tenía responsabilidades que afrontar, que a veces la cago (y bien) que muchas veces también las cosas no salen como quiero o como esperaba y que dependen de mí, personitas por las que tengo que responder....
Levanta cabeza, haz lo que tengas que hacer...No te idea, quizás las pastillas que tomas (nunca he tomado,las "otras" eran prescritas para otra persona y se las tomé prestadas) pueden ser que te quiten la ansiedad o no sé, pero que te bajen también las ganas de hacer las cosas...Habla con tu médico, habla con alguien...busca ayuda, a veces Martincillo,uno no puede hacerlo solo.

Un abrazo fuerte, muy fuerte.

Martín dijo...

hola chicas,
la verdad que necesitaba ventear, no es muy cómodo hablar de estas cosas. Cuando uno no conoce profundamente las historias del interlocutor tiene que basarse en la experiencia propia para poder aconsejar, y ahí es donde se establece el vínculo.
Eso es lo que aprecio de ustedes, que la experiencia que tienen, o la forma en que la usan, me hacen bien.
Pal, lo de las pastillas lo odio, y no parece ayudarme. Mi médico está desconcertado.
Luisa, no es que tenga problemas (al contrario, todo va bien), lo que pasa es que no soy capaz de disfrutar. Por darle una explicación científica, pa que veas que no es simplemente una cuestión de actitud: cuando me pasa algo lindo, como hablar a Argentina con mi sobrino de 3 años por teléfono, o cuando me regalan 1000 euros, o cuando se me cae la moto (por decir algo malo)... todo cae en saco roto. No hay reacción. Puedo ver E.T. y ver como el pobre enano agoniza en la camilla y no me mueve un pelo, o como le matan la mamá a Bambi y es lo mismo que ver El Zorro o un partido de fútbol.
Es como si no le pudiera sentir el gusto a la comida... no me falta, pero no la puedo disfrutar.

Martín dijo...

PD: las pastillas combaten los síntomas, no la enfermedad.

Luisa dijo...

a ver, tú regálame 1000 euros y ya veremos si me hace cosquillitas...
:O)
(mínimo nos ponemos una buena de tequila y te prometo que más tarde o más temprano,sonríes)
(como dice el dicho, Me río,pa no llorar)

Entonces es cuestión de anestesia....
Con un buen golpe se te pasa...
Una vez leí en una barda un grafitii que decía: Sólo el dolor nos hace despertar.
Y créeme, Martincillo...No te lo aconsejo.
Intenta hacerte como niño...ver, re-aprender a sorprenderte,a mirar las cosas como cuando eras niño. Allí está la clave.
Y no te agobies. Todo pasa.Todo. Hasta esto que vives.
De eso es lo único que estoy segura en esta vida, que todo pasa.
beso

pal dijo...

En la definición de depresión que leí en el prospecto del grupo de autoayuda que fundó mi amiga B. se describe exácto lo que tu dices. Me sorprendió, porque uno cree que la gente "siente" mucho y no es así.
Te cuento dos cosas:
1: cuando tenía 25 me pasó una simple ruptura sentimental que desató una tristeza profunda por todo lo que se me había acumulado... fui al médico- yo no soy muy buena pa sufrir, ahí voy corriendo al doctor- y después de algunas sesiones y algunas pastillitas que odiaba, obvio, y que cambié lentamente por ejercicio físico (yoga- sicocalistenia), me sentí cansada y hastiada de sentirme así. El dr (siquiatra poh!) me abrazó y me dijo: "pero no te canses tan rápito chiquita!" y yo simplemente lloré.
Cuando siento denuevo ese cansancio- a todos nos pas de vez en cuando- pienso en ese abrazo y la comprensión de ese tipo. Incluso una vez soñé con él y su abrazo... y fue como vivirlo denuevo.
Yo no soy muy depre y el episodio pasó, pero me acuerdo y por eso si pudiera te abrazaría y te diría que tengas paciencia contigo mismo... y con el doctor y sus pastillas.

2: de las cosas que aprendí con mis amigas depresivas (2 tengo) es que los siquiatras dicen que "boicotéan" el tratamiento, porque justo NO quieren a las pastillitas y trantan de dejarlas en cuanto pueden.
Te entiendo. Tómatelas igual.

La cantidad precisa y el principio activo que le dé a tu apatía ya lo van a encontrar. Por mientras repite conmigo:

"esto es una enfermedad, por lo tanto me voy a mejorar... en algún momento, me voy a mejorar"

*La Casalinga* dijo...

No se enferma de depresión quien quiere sino quien puede.

No hace falta padecer problemas graves ni arrastrar una gran frustración ni acarrear traumas que distorsionen las figuras.
A veces, se tiene todo pero no interesa nada.

La depresión es como una sombra que nos tapa la claridad y no deja que veamos los colores sino que todo resulta monocromático.

Nadie que no haya padecido depresión puede saber de qué se trata siquiera imaginarlo y quien lo sufrió, tampoco puede comprender la del otro.

Por lo tanto, es inútil aconsejar a alguien que está pasando por ese maldito problema porque cualquier cosa que se le diga, será como si no se le hubiese dicho nada.

Yo siempre digo que alguna vez, se descubrirá que la depresión es la consecuencia de alguna deficiencia de cierta vitamina o mineral o ingrediente imprescindible para la mitosis celular y que nada que se esfuerce en modificar exteriormente, puede servir si no se equilibra esa falta.

Martin: no sé qué decirte al respecto.Solo puedo asegurarte que la respiración hace lo suyo.
Si probás con una autoterapia de respiración en libertad, con los ojos cerrados y luego de comer un rico chocolate o algo dulce que te guste, el cerebro se va reparando solito.
No es una pavada lo que digo. Esta vez, no estoy bromeando. Probá a caminar todos los dias inspirándote todo el aire que puedas; tratá de sentir cómo se va renovando el oxígeno dentro de tu cuerpo y premiate con una golosina.
Después me contás.

Ahora sí el comentario que tengo derecho a escribir:

Claaaaro! El tipo está muy deprimido pero las tetas de Sabine no se las pierde! Esas no le dan lo mismo como las llamadas a Argentina, los 1000 euros o el ET agonizando de color gris mortecino.

Pablo dijo...

Hay que rodar, Martín, el canto que rueda no cría musgo; yo creo que no estás tan mal, por lo pronto pensás casoriarte y cambiar de trabajo, eventos ambos de probada eficacia movilizante.
¿Y qué consejo podría darte yo que me emociono nomás con ver la fuente de ravioles humeantes sobre la mesa los domingos?

pal dijo...

La So como siempre... lo máximo. Efectiva como teta de Binne. Jejejeje (disculpa guachi, me la dejó picando, la culpa la tiene ella).

Lo de la respiración es tan cierto que fue justo lo que yo apliqué.

Y en todo lo demás, también tiene razón la loca de arriba.

Luisa dijo...

Impecable, como siempre la So y cabrita (como siempre la So). Aplauso de pie y abrazo apretado a mi Pal,preciosa...tan chiquita y tan brava...
De Pablo,otro abrazo.

Vuelvo a mis grafitis (es que hubo una moda de un loco, que ponía textos pequeños pintados en cualquier sitio,cuando iba en coche o en bus,me encantaba encontrarme con ésos pequeños recordatorios....Y te paso el siguiente:

"Tienes que detenerte,respirar profundamente para no morir".

Pos eso.

*La Casalinga* dijo...

Es probable que te lleve un tiempo superar la depre con el sistema que te aconsejé y es posible que, cuando hayas la superado, hayas engorado 25 kilos (por lo del hábito de comer algo dulce antes o luego de cada caminata de oxigenación).
Y también es posible que vuelvas a caer en depresión cuando te veas tan gordo.

pal dijo...

(No le des bola a lo de Sonia, es que no soporta ser tan buena y que todos lo sepan, tiene que cagarla un poco para soportar tanto piropo ...)

So: también se puede hacer yoga que es puro respirar y posicionar el cuerpo, es muy buena pa esto... los dulces son pa' las emergencias... veeees!

*La Casalinga* dijo...

Haciendo yoga, a veces se te escapan gases inoportunos. Y ahí sí te deprimis...

pal dijo...

(ay!)

Luisa dijo...

jajajaj vaya par!!!!!!

Laura Palisa dijo...

Alguien dijo que no se sabe qué es la depresión pero a mi amiga su psiquiatra (si... aunque no crean fue a mi amigaaa!!!) le explicó que la depresión se origina en una falla en la conexión de un neurotransmisor (o algo asi) y que sobre éso actua la medicación.

Y Martín, cada uno tiene sus tiempos y sus etapas. Pienso que todo hay que vivirlo, hasta a las depres!

Lo que no me gustó es tu última frase. Pienso que te contradices. Estás honrando la vida preocupándote y ocupándote de ella!

Martín dijo...

Estimad@s: gracias por todo lo que me dicen. Lo leo, lo absorbo, lo pienso y lo medito. La macana de pelear contra esto es que te saca las ganas de hacer nada, que es justamente la manera de pelear los bajones.
Lo de los gases, Sonia... eso da para una entrada en el blog, como mínimo. L@s que tengan YouTube busquen el video de "la pedito" de los Midachi. Me retuerzo de la risa casa vez que lo veo.
Laura: hay tres neurotransmisores (químicos que rodean a las neuronas y que les sirven para lograr transmitir los mensajes de una neurona a la siguiente):
- norepinefrina
- serotonina
- dopamina
La neurona los tiene a su alrededor y también los secreta según los necesite para transmitir un mensaje, y luego los puede reabsorber. Los antidepresivos trabajan en su mayoría inhibiendo esa reabsorción. Pero los efectos colaterales son enormes e impredecibles caso por caso. Si vieras los prospectos que vienen en las cajitas...
Estos transmisores son tan básicos para el desempeño del cerebro, que modifican detallecitos como el sueño, el hambre, el sexo, la agresividad, el equilibrio, el ánimo, la vista, el oído, la digestión, y miles de cosas más. O sea, son una bomba.

pal dijo...

vaya! y yo que me los tomé sin sentir nada de esas cosas... también que era más pelotuda que ahora.
No había llegado a Farmacología... de hecho no llegué. Menos mal eso si, así, si me llega a tocar denuevo, me los tomo y ya.

Además la depresión es una enfermedad que produce transtornos en el sueño, el hambre, el sexo, la agresividad, el equilibrio, el ánimo, la vista, el oído, la digestión, y miles de cosas más. Incluso nos hace pensar que no es bueno medicarse.
(Sooooonia! te toca!)

Laura Palisa dijo...

Mi amiga ha vivido algo más que yo y también sé por ella que los antidepresivos actuales (ella tuvo tomarlos unos meses del año pasado) tienen muy pocos efectos adversos comparados con los disponibles hace veinte años.

Confiá (si merece tu confianza, claro) en tu médico y tomá lo que te indique. Dejá de leer los prospectos, por favor!!!! no olvidés que éstos dan miedo pero la mayoria de sus textos no son más que la forma que tienen los laboratorios para deslindar responsabilidades legales.

No te hagas la cabeza con éso, che.

Parece que te estoy retando, ja. Bueno, si, te reto como a un niño chico!

Ya, ya me iba...

*La Casalinga* dijo...

Martin:

acabo de desasnarme con tu comentarios acerca de los neurotrasmisores. Dijiste: "Estos transmisores son tan básicos para el desempeño del cerebro, que modifican detallecitos como el sueño, el hambre, el sexo, la agresividad, el equilibrio, el ánimo, la vista, el oído, la digestión, y miles de cosas más. O sea, son una bomba".


Hay dos "detallecitos" que están relacionados:

ANIMO y SEXO.

El sexo levanta el ánimo y el ánimo levanta el sexo.Respirá profundo, comé chocolate y dale rienda suelta nomás a tus instintos primarios!

Después me contás.

Linda dijo...

Martín.
A mime gusta leer esto de Facundo Cabral, espero que te guste, igual y ya lo has leído, pero te lo comparto
NO ESTÁS DEPRIMIDO, ESTÁS DISTRAIDO
por Facundo Cabral

No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que te puebla.
Distraído de la vida que te rodea: Delfines, bosques, mares, montañas, ríos.
No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay 5,600 millones.

Además, no es tan malo vivir solo. Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer, y gracias a la soledad me conozco; algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubistein interpretaba como nadie a Chopin a los 90. Sólo citar dos casos conocidos.

No estás deprimido, estás distraído, por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada.

Además la vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones. No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. ¿Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja por que nos hace desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida. Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda a Jesús: "Amarás al prójimo como a ti mismo".

Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.

Además, la felicidad no es un derecho sino un deber porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio. Un sólo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mando matar seis millones de hermanos judíos. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileros, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman, Mäiller, Mozart, Chopin, Beethoven, Caraballo, Rembrandt, Velásquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o SIDA, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas ... y si le ganas, serás más humilde, más agradecido, por lo tanto, fácilmente feliz. Libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad, y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.

No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.

Ama hasta convertirte en lo amado, más aún hasta convertirte en el mismísimo amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruyan hay millones de caricias, que alimentan la vida.

Pocas cosas tan bellas he recibido como estas palabras, que me parecen salidas no sólo de una alma buena, pero sobre todo muy humana. Ojalá y lo disfrutes tanto como yo y ojalá y todos los practiquemos. ¡A vivir se ha dicho! Y ¡Menos quejas! ¿No crees?.

www.facundocabral.org

Yo me deprimo seguido,y hay veces que lo disfruto, sobretodo porque cuando salgo de eso,me siento con nuevas fuerzas.
Un abrazo

alejandra dijo...

TODO PASA
martin, te copio un cuento sufí q me gusta mucho....

"Un rey dijo a los sabios de la corte: —Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total. Tiene que ser muy pequeño de manera que quepa escondido debajo del diamante del anillo.

Todos ellos eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados. Pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudiera ayudar en momentos de desesperación total... Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada. El rey tenía un anciano sirviente que era casi como su padre; también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por él.

El anciano dijo: —No soy un sabio, un erudito, un académico; pero conozco el mensaje, porque sólo hay un mensaje. Y esa gente no te lo puede dar; sólo puede dártelo un místico, un hombre que haya alcanzado la realización. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento por mis servicios, me dio este mensaje —y lo escribió en un papel, lo dobló y se lo dio al rey—.
No lo leas, mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación.Y ese momento no tardó en llegar.



El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos le perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Y llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: del otro lado había un precipicio y un profundo valle. Caer por él sería el fin. No podía volver, el enemigo le cerraba el camino y ya podía oír el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante, y no había ningún otro camino...
De repente se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso. Simplemente decía: «Esto también pasará».


Mientras leía «esto también pasará» sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Y aquello pasó. Todas las cosas pasan; nada permanece en este mundo.
Los enemigos que le perseguían se deben haber perdido en el bosque, deben haberse equivocado de camino; poco a poco dejó de oír el trote de los caballos. El rey se sentía tremendamente agradecido al sirviente y al místico desconocido.


Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, lo volvió a poner en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes,... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.

El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo: —Este momento también es adecuado: vuelve a mirar al mensaje. —¿Qué quieres decir? —preguntó el rey—. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida. —Escucha —dijo el anciano—, esto es lo que me dijo el santo: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas, también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso; no sólo para cuando eres el último, también para cuando eres el primero.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: «Esto también pasará», y de repente la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que se regocijaba, que celebraba, que bailaba... pero el orgullo, el ego había desaparecido. Todo pasa.

Pidió al anciano sirviente que viniera a su carro y se sentara junto a él. Le preguntó: —¿Hay algo más? Todo pasa... Tu mensaje me ha sido de gran ayuda.—La tercera cosa que dijo el santo es: «Recuerda que todo pasa. Sólo quedas tú; tú permaneces por siempre como testigo».Todo pasa, pero tú permaneces. Tú eres la realidad; todo lo demás sólo es un sueño. Hay sueños muy hermosos, hay pesadillas... pero no importa que se trate de un sueño precioso o de una pesadilla; lo importante es la persona que está viendo el sueño. Ese vidente es la única realidad."

Martín dijo...

Estimada gente,
en este momento estoy en Roma (sí, la de Italia) así que ando apurado. El martes vuelvo a la oficina y leo todo tranquilo y contesto como corresponde.
Por ahora me voy a ver cosas viejas ;)

PD: gracias por acompañarme a todos lados...

Linda dijo...

Martin, no veas solo cosas viejas, sino ve las cosas de las viejas¡¡¡
;)
P.D. Me encantó el cuento..

Maestruli dijo...

Hola Martín, mi primera vez en tu blog, y a raíz que recién ahora, en abril de 2009, me doy cuenta que tengo un comentario tuyo en mi blog de noviembre de 2008. Más vale tarde que nunca, jejeje.

Bueno, y justo caigo en un momento que tenés depresión. Leyendo tu descripción de ella, entonces llego a la conclusión que nunca la tuve. Dos o tres veces creí estar deprimido, pero lo que viví eran momentos de gran angustia, de sentirme desdichado, que había cosas que no podía cambiar. Pero al mismo tiempo sabía que iba a superar eso.

Si tan bien describiste los neurotransmisores, entonces deberías saber que quizás tenés problemas con ellos, y entonces una buena medicación puede mejorarte muchísimo, aún a riesgo de los efectos secundarios.

En fin, disfrutá Roma y espero que te mejores!

Maestruli dijo...

Ah, en ese comentario que me hiciste en el blog me preguntabas si había vivido en Alemania. Sí, del 2003 al 2006, en Dresden. Una etapa inolvidable de mi vida, realmente la pasé muy bien.

Vos en cambio parece que estás en Munich sólo por amor. Bueh, eso no es poco!

Martín dijo...

Laura, con lo de los prospectos no estoy muy de acuerdo =( Estas pastillas en particular tienen una serie enorme de efectos colaterales, y en realidad empecé a leerlos cuando casi me mato en un tunel en Suiza por quedarme dormido por una pastilla.
Los efectos están ahí, los lea o no, y saber qué es causa de la pastilla y qué no es fundamental.
Otra de las pastillas me puso tremendamente agresivo, al punto de que casi le rompo la cara a un tipo en un semáforo porque me cerró con el auto. Por suerte Sabine estaba conmigo y me ayudó a calmarme, pero estuve 2 meses en que no podía contenerme nada, y los efectos me duraron hasta dos semanas después de haberla dejado de tomar.

Martín dijo...

Sonia,
"El sexo levanta el ánimo y el ánimo levanta el sexo."
No sé qué decirte. El apetito sexual lo perdí. Mi novia es una bomba, está buenísima, pero para mí, ni ella ni Cameron Díaz represenan ninguna tentación.
El apetito sexual se va. SE VA.
Las putas pastillas estas, igual que la depresión, cambian la forma en que uno percibe la realidad, y es muy difícil distinguir la realidad de lo que uno ve o percibe como real.

pal dijo...

PERo CÒMO!
Las pastillas te hacen perder la líbido ? pero la depre también!! estas frito.