domingo, 16 de mayo de 2010

su real culo

Como americanos, la realeza y sus derivados se nos hacen casi payasezcos. Una vez en Estocolmo pasaba por la puerta de uno de los palacios caminando con unos amigos brasileños, y por educación evitamos reírnos en la cara de gente estirada bajando de autos con chofer, con bandas azules cruzadas al cuello y medallas en la solapa, condes, barones, príncipes y sus derivaciones femeninas, mirándonos como si sus deposiciones no olieran (a veces me sorprende lo fino que soy). Sin embargo, en Europa esto es algo aceptado, en algunos casos con orgullo, en otros con resignación, como si de un mal necesario se tratase. Hace unos años Gasalla comentaba en un monólogo que la corona inglesa se desprendía del avión real para achicar los gastos, por lo cual la Reina desde ese momento iba a tener que conformarse con poner su real culo en los asientos de primera clase de la British Airways. El tipo, con su eventual cara de piedra, siguió hablando mientras mi mamá y yo llorábamos de la risa en la cocina de casa. Después, cuando me iba a dormir, me puse a pensar qué clase de sociedad mantiene lo que una cierta Laura llama "parásitos sociales", es decir, la realeza. Eso, sumado a otros eventos que han interlazado la historia de Argentina e Inglaterra, me llevaron a la solemne promesa de algún día visitar esas tierras para poder formarme una impresión más acabada y realista que la que se puede extraer de los libros.
Y finalmente se dio. El jueves de la semana anterior tomé el Lufthansa de Múnich a Heathrow con la intención de pasarme 4 días y 3 noches en Londres, a modo de primer viaje introductorio en la tierra de los ingleses. Curiosamente, todo el jueves y hasta el viernes al mediodía el clima estuvo espectacular, rozando los 20 grados y con cielo despejado. El resto de los días hasta el domingo que nos fuimos fue el típico clima lluvioso y frío que uno espera de Londres.
Algunas fotos...

El parlamento...

Un desayuno...

Las famosas cabinas telefónicas...

o el autobús...

El Royal Albert Hall...

El viejo y querido Tower Bridge, a veces erróneamente referido como el Puente de Londres (que existe, y está 600 metros río arriba, pero es horrible)...

Uno de esos soldados que tiene que estar parado como un muñeco en la puerta de algún edificio famoso, en este caso la Torre de Londres, donde se guardan las joyas de la corona, entre ellas el diamante Cullinan I, de 530 quilates...

El RR de la reina, pero esta vez transportaba a alguien más...


En fin, cumplimos con todos los destinos tradicionales, excepto quizás el Museo Británico y el London Eye, que si bien lo vimos, no tuvimos la oportunidad de darnos una vuelta (en el sentido literal) porque había una cola que llegaba a Edimburgo, más o menos. Espero poder visitar Londres otra vez y cumplir con esas dos cosas.
El corolario de este viaje es bastante interesante. Los ingleses, a pesar de su incapacidad para entender conceptos bastante básicos y generalmente aceptados como "propiedad privada" y "no hagas lo que no te gusta que te hagan", son gente amable, educada, agradable. Lejos (a 2 horas en avión, para ser exactos) están los empujones al intentar salir del subte, la ignorancia activa, la arrogancia y el odio mutuo. Tienen, a la postre, todos los defectos que cualquier sociedad moderna tiene, y muchas de sus virtudes. Me imagino viviendo en Londres sin mucho esfuerzo. Es caro, pero lindo.
Lo peor de todo el viaje, como siempre, fue volver. No por la nube de cenizas que tenía cerrado el aeropuerto de Múnich y que nos obligó a volar a Stuttgart, alquilar un auto y llegar a casa a las 2 de la mañana en lugar de a las 5 de la tarde. No. Lo peor fue volver a estar entre criaturas que, en la escala social, se sitúan justo detrás del plancton. Esta vez hasta mis suegros, alemanes de pura cepa, estaban de mal humor de escucharlos quejarse, y Novia ni te cuento. Y yo... preguntándome qué cuernos hago acá, como si no supiera ya la respuesta.

6 comentarios:

pal dijo...

Londres es una de mis ciudades preferidas... la adoro... mi hermano vivió un año allí y lo visité... ir a una función de teatro- de él, es "teatrero"- y "vivir" con él fue la muerte! Fue hace muchos años... luego volví varias veces y tengo pensado volver más y más. Londres es vital y está llena de extranjeros que la llaman suya. Odio generaliraz con los pueblos, porque como tú dices, no me gusta hacer con otros lo que no me gusta que hagan conmigo, pero es absolutamente cierto lo de la educación cívica entre seres humanos. OJO: te mandan a la mierda igual que acá, pero con elegancia y fue en Inglaterra donde descubrí que sisisisi es más agradable que te manden a la mierda con educación. excuse me pliiiissss, but...
Claro, que como siempre yo voy a ver a mi gente y tengo una íntima amiga alemana casada con un inglés allá, y una amiga chilena tb casada con un inglés, entonces si voy a verla le llevo las cosas de acá y el pasado en común alemán y me siento y nos sentimos "normales" de pronto.
Supongo que te asombraría saber las cosas que le duelen, lo que la asombra, lo que la inquieta de ser extranjera... es lo mismo que a ti y a mi.

Yo igual lo que más le envidio es el alrededor que aunque le haga notar su acento -estudió filología inglesa y cs pol- no se lo toman como referente para tratarla como si fuera minusváluda, cosa que acá si tenemos que luchar por evitar que nos lo hagan. Ellos están acostumbrados al inglés con acentos, a las distintas pronunciaciones, además Londres hay que compararlo con Hamburgo o Berlín, pero yo vivo en Tü.

Por mis amores en Inglaterra hago mi cursito de inglés en verano y ya me alegro de mejorar la comunicación con sus amigos y familia ingleses... Oye: No estuviste en la Tate??? te la perdiste...su vista al Támesis... y cualquier exposición que tengan... y hay un barrio pakistaní con restaurantes en boga(qué no de moda, que Londres es demasié pa ofenderlos con esa palabra.)... contaría y preguntaría más... pero mejor lo dejo hasta acá.

Martín dijo...

muchacha, claro que anduve en el Tate. Pero lo mío, te confieso, pasa por las cosas viejas: iglesias, estatuas de personas, etc. El arte moderno se me hace demasiado abstracto y libre a interpretaciones. Es como que el artista no comunica mucho y eso me pone nervioso. Me gusta ver una obra y delirar y divagar tratando de meterme en la mente y el entorno del autor al momento de ejecutar su obra.
Así que en el Tate, después de una breve recorrida, nos sentamos los 5 a comer apple pie y té con leche mientras mirábamos la Catedral de San Pablo y nos lamentábamos de que cerrara a las 5 pm. Otra cosa para visitar la próxima.
Lo del barrio paquistaní no se dió (curiosamente, llovía...) pero sí me di el gusto de ir al mercado en la Portobello Road. Casi que lamento que el volcán no haya explotado un poco más, y en lugar de vararnos unas horas, nos hubiera varado unos días.
Respecto a generalizar, no sé, siempre escucho que se dice que no hay que hacerlo, etc., y a mí no se me hace tan "pecaminoso", siempre y cuando uno sepa lo que está haciendo, y el interlocutor sepa tomarlo con pinzas. Cuando generalizo hablo del conjunto, y no del individuo. Como escribí otras veces, hay que ser ganso para juzgar a un individuo por el grupo, o viceversa. Las generalizaciones son solamente eso, y hay que saber para qué sirven y, muy importante (y creo que esta es la parte que demasiadas veces se deja fuera) para qué NO sirven.

Pablo dijo...

La Tana tiene la misma fascinación con Londres, qué se yo, primero devuelvan las Malvinas y después hablamos.

Martín dijo...

Pablo, como abogado y hombre de derecho, ¿cuál es tu visión del tema? En criollo, ¿por qué las islas deben ser devueltas (asumiendo que le pertenecen a Argentina)? Te aclaro que sostengo la misma posición, pero me interesa la opinión de un abogado por una cuestión de fundamentar esa posición. Siempre, en cualquier discusión, empiezo por suponer que el oponente tiene razón y que yo estoy equivocado, y si llego a una incongruencia, entonces mi suposición es errónea y era yo el que tenía razón. Usé esta lógica para evaluar el tema de la patagonia/Chile, y me parece una óptica excelente para tratar estos temas delicados.

Pablo dijo...

Porque los conceptos "plataforma continental" y "aguas jurisdiccionales", generalmente aceptados en el derecho internacional predican que los afloramientos, dentro de ese rango, pertenecen al país con litoral marítimo más próximo (200 millas). Este es un estándar no es la verdad revelada (hay otras razones, el botín de guerra, la posesión pacífica, etc) pero para ponerlo en criollo hay muchas situaciones dominiales que las leyes y los tratados resuelven de forma mas o menos arbitraria (y no te me pongas en terco que hasta los matemáticos tienen sus dogmas y si no dame el nombre del tipo que comprobó que realmente existen infinitos puntos, rectas y planos):
En el derecho internacional: la línea del cauce más profundo como límite fluvial entre dos naciones (ej: Argentina y Uruguay con el RDLP) o las mas altas cumbres divisorias de aguas (divortium aquarum) como línea que separa una cadena montañosa entre 2 naciones (Ej. Argentina y Chile).
En el derecho privado: el dueño del suelo es también dueño de todo lo adherido a él (árboles, costrucciones, todo) aunque no haya plantado ni construído, si aflora una isla entre dos fundos ribereños pertenece al fundo cuya costa esté más próxima y si hay dudas al que posea la mayor porción una vez trazada la línea del cauce medio, se reputa dueño de un ternero al dueño de la vaca a cuyo pie se encuentra (aunque la vaca no lo haya parido) y etc. etc.

Y no creas, los ingleses tienen la institucionalidad más sólida que existe, todo allí es como debe ser, pero puertas adentro. Afuera son piratas depredadores, así de simple.

Martín dijo...

Pablo, como te dije: lo que quería era escucharlo de boca de un abogado para corroborar, una vez más, una parte de mi visión del tema. Es un tema que da para mucho y no me gusta este medio, así que lo dejo acá. Espero que no te moleste.