Cuando la conocí pensé que sería arrogante; después de todo, es
actriz y de una belleza extraordinaria. Llegué a su departamento (que
anunció para alquilar) y entonces empezó a explicarme algo de los
roperos, y de cómo iba a tener tanto lugar para guardar lo que quisiera.
Y me mostró el resto, y nos sentamos a tomar un té. Se sentó cerca,
demasiado para mi timidez. Será cultural, pero era demasiado cerca. Y
nos sonreímos y nos entendimos. Nos conectamos.
Con los
encuentros esa distancia se achicó más, aunque estuviéramos cada uno en
otro país. Simplemente no teníamos suficiente el uno del otro. Así que
por algún motivo que no puedo explicar (todo es tan confuso ahora cuando
miro atrás) simplemente nos abrazamos. Y el mundanal ruido se apagó. Y
las preocupaciones. Y las dudas. Y las preguntas. Hasta las respuestas
se apagaron. Todo fue paz, y se hizo adicción. ¿Quién puede resistirse
al abrazo de un ángel? Algunos, as it turns out, pero yo no.
No
sé si tengo la fuerza para atravesar las piedras en el camino. No sé si
deba. No sé si sería una locura intentarlo, pero sé que no puedo
dejarla así como está sin dejar mi impronta en su vida, sin mostrarle
que habemos también algunos de los buenos y que el pasado no
necesariamente nos permite determinar el futuro o siquiera estimarlo. El
poder del cambio está en nosotros.
Siempre pensé que somos lo que
hacemos, y es cierto en gran medida, pero lo que hacemos depende de las
circunstancias y de las posibilidades que se nos ofrecen, que en
algunos casos se reducen a mal o peor. Hace poco leí algo así como "no
juzgues mis decisiones si no conociste cuáles eran mis opciones". Me
cambió la vida.
Y la vida me tiene que cambiar, porque
cuando era chico crecí con una abuela ponzoñosa que me inculcó
intolerancia, prejuicios y sobre todo miedos que hoy (y desde hace
muchos años) me están arruinando la vida, torturándome con planteos
estúpidos e inútiles, viendo peligros donde no los hay, inventando
historias, y encima de todo menospreciándome a mí mismo, dudando de mi
valor en la vida de otra persona y limitándome. Tengo un dolor
penetrante en el pecho, se siente como una mano que me oprime el corazón
y los pulmones, y no me deja sentirme ni libre ni feliz, y todo por
miedo.
Mi visión romántica de las cosas está muy bien y me
encanta, la cultivo y la atesoro. Pero a veces se me va la mano
idealizando y santificando cosas que no son tan sagradas como me
inculcaron, sino que dependen de la situación y el valor que uno haya
depositado en ellas. De hecho, a veces las personas tienen todas las
buenas intenciones y las cosas les salen como la mierda. Otras veces
intentamos que salgan bien apostando por ellas, y salen para la mierda.
Esto no quita ni valor ni mérito al intento, y tampoco dicen nada malo
del que lo intentó. Esto lo tengo que incorporar a mi vida y tirar a la
mierda donde pertenecen todas esas cosas que hacen que condene a alguien
por intentar buscar la felicidad allí donde creyó que la encontraría.
En la vida real las cosas no son blancas o negras, santas o putas. Como
en la medicina, la ignorancia no es la excepción, es la regla, y los
grises somos todos. Cualquiera toma buenas decisiones con el diario del
lunes, como dice mi mamá. Hay situaciones, la mayoría, de hecho, en
donde uno no sabe ni dónde está parado y quiere un resultado y hace lo
que le parece que lo va a llevar en esa dirección. Inevitablemente uno
erra, en cuyo caso lo mejor que se puede hacer es aprender para la
próxima. Más de eso no hay, y me hubiera gustado mucho, pero mucho,
haberlo aprendido antes. Me gustaría en este momento tenerlo tan impreso
indeleblemente en mi cabeza que cuando juzgo a los demás no me de miedo
compartir sus vidas.
Supongo que yo también hago lo que puedo.
Sí,
ya sé, empecé hablando de un abrazo, algo así como la continuación de
lo que escribí sobre un beso, pero tantas cosas pasaron, mucho más
importantes... Viejos monstruos al acecho despertaron y me están
torturando, y no quiero morir sin haberme deshecho de ellos. Me lo debo.
Pero por si no quedó claro, cuando ella me abraza se apaga el mundo y se enciende la luz en mi interior.
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