Difícil empezar.
Anoche salí a pasear a Perro con Mora y su dueña de 22 (el jueves que viene 23) años. Fueron un par de horas muy lindas charlando. Al margen de las consideraciones de edad, que ya mencioné de pasada en la última entrada, voy a concentrarme en el fantasma namber uan de mi vida.
Obviamente, y como sucedió casi cada puta vez que conocí a una mujer desde que tengo memoria de conocer mujeres, mencionó algo de su pasado sexual, o lo suficiente como para que yo haga inferencias, o que mis miedos, mi dark passenger, diría Dexter, las haga. Llegué a casa, me acosté, dormí 3 horas y me tuve que ir a la cocina a mirar una película que terminó tipo 5. Volví a acostarme, y por supuesto di vueltas en la cama una o dos horas más hasta que dormí un poco, pero ni remotamente lo suficiente. De más está decir que estoy hecho polvo. Y mi cabeza es un torbellino.
¿Y qué fue esta vez? Nada nuevo. Mencionó que su última relación, de 8 meses y que acaba de terminar, fue un chongo. Su actitud para nada reflejó lo que dijo, o por lo menos atendiendo a la definición que yo conozco de chongo. Porque cuando una mina está con uno, a) no da todo por esa persona, b) no llora como una magdalena por su pérdida, y c) apunto los cañones 3 grados a la derecha y sigue con otro. Mientras escribo esto y lo leo y releo para pulir el texto, más convencido estoy de lo que opino sobre el asunto y que es, al margen de si tengo algo de ella en mi futuro, una buena persona y no alguien capaz de tener una relación esencialmente física con alguien, no exclusiva y sin involucrarse emocionalmente.
La clave, acá, según me dijeron mis dos terapeutas en Alemania, es no revolver mierda (parafraseando). Dijo lo que dijo, que para ella se llama así y yo lo llamo relación (más formal, menos formal), y listo. Si bien me propuse no escarbar en su historia, sí me permití hacerle una pregunta sobre sus hábitos y la respuesta fue satisfactoria. De acá en más, todo depende de mis dendritas y axones y sus putas y pervertidas combinaciones. Con el estrés adecuado supongo que van a hacer ebullición con esa mierda que mejor no revolver, y en momentos de tranquilidad simplemente van a dormirse, como cualquier persona normal, según sé. Y eso es lo que trato de cultivar en mí. La macana con esto es que no solamente no sé cómo cultivar eso; no sé qué cultivar. Realmente se me escapa y me frustra, porque nadie es perfecto y sobre todo hoy en día la sociedad nos empuja casi a probar cosas que si por nosotros fuera, y con una familia amorosa y una educación sana, nunca haríamos. Y eso casi no existe. Igual no pienso parar de buscarlo.
Como sea, charlamos, hacemos chistes, nos sacamos el cuero y jugamos a que lo hacemos para molestar a los demás y que piensen que estamos juntos. Lindo. Pero sí, ojalá tuviera 10 años más.