miércoles, 3 de febrero de 2010

23 páginas

Como comenté hace algunos días, Novia me regaló "El Diario de Anne Frank", y lo estoy leyendo. Es sabido que, excepto en porquerías como las que escribe Dan Brown, los libros siempre nos generan respuestas, reflexiones, reacciones. Pero éste es obviamente uno de los libros más fuertes de los que me acuerde. Y más así cuando el lector (un servidor) vive reside en Alemania.
El título de esto que escribo hoy se refiere a las páginas que me faltaban el jueves pasado para terminar el libro. Desde que pasé la mitad de las 350 páginas me di cuenta que inconcientemente iba leyendo más lento, y cada vez me sentía más triste; sabía que me iba acercando al final. No el final del libro, sino a un final mucho más lamentable: el de Anne. El viernes, en mi hora del almuerzo, me dí cuenta que en realidad el diario termina 22 páginas antes del final del libro. Esas últimas 22 páginas son los hechos recolectados a partir del arresto de la familia, proporcionado por testigos y demás, incluyendo a Otto Frank, el papá de Anne, que fue el único que sobrevivió. Sin embargo, a pesar de que su historia es conocida, no creo que muchos de nosotros sepamos exactamente cómo terminó más allá del diario, así que lo voy a contar acá.
A eso de las 10 y media de la mañana del 4 de agosto de 1944, después de dos años y un mes, las ocho personas que estaban escondidas en Prinsengracht 263, Ámsterdam, fueron arrestadas por el oficial de turno Karl Joseph Silberbauer (SS) y tres agentes (nazis) holandeses. Se los separó, y un mes más tarde fueron enviados a Auschwitz y otros campos de concentración. Anne y su hermana Margot son finalmente enviadas al de Bergen-Belsen, donde contraen tifus y mueren, primero Margot, y unos tres días más tarde Anne. Era el 4 de abril de 1945. Once días más tarde, el campo fue liberado.

A veces, cuando me quejo de los alemanes, no falta el idiota que en lugar de preguntarme por qué no me gustan, prejuzga y asume que mis experiencias son las mismas que las de él/ella e intenta convencerme de que estoy equivocado. Son dos los argumentos típicos que escucho:
- no todos son así,
- gente así hay en todos lados.
Respecto al primer punto, es cierto. ¿Y? ¿De qué sirve? Cualquiera con dos dedos de frente sabe los usos y limitaciones de una generalización, y hay que tener el intelecto de un gusano de seda para asumir que se puede juzgar a un individuo basado en el grupo, o viceversa. Conozco alemanes buenos, amables, con los que se puede charlar. Lamentablemente son tan representativos como las personas con heterocromía iridium.
En cuanto a lo segundo, no es cierto. Por suerte. Es más, creo que hay que escarbar en los estratos más podridos de la sociedad argentina para encontrar la escala de valores que veo día a día aplicada acá. Qué asco.
Por si fuera poco, la foto de la mujer que trabajaba de guardia en Bergen-Belsen (a mitad de página del enlace que puse más arriba) no me impactó para nada. Si así fuera, no podría ir al supermercado, a la oficina donde renuevo mi visa, al dentista, a... Pucha, con la mufa generalizada que hay acá, no podría ni salir de mi casa.
En realidad, me hubiera gustado dejar esta entrada en lo de Anne Frank y punto, pero estos días ando muy desilusionado con un tema y necesitaba ventear; lo del libro le añadió más leña al fuego. Resulta que, a falta de un entorno social más adecuado, estoy en la búsqueda de un terapeuta que me pueda ayudar con pautas de conducta que me ayuden a sentirme mejor. Para esto es un requisito, no indispensable pero sí muy deseable, que el profesional en cuestión hable español. Desafortunadamente, hasta ahora estuve con dos doctoras que, o tenían más despelotes que yo en la sabiola, o me reprocharon como si la depresión me la hubiera buscado, de puro estúpido. Lo peor, obviamente, es que puede ser así, pero lo que necesito y es claro es alguien que me escuche y, recién ahí, hable. Y que lo haga con tacto.
Casualmente este fin de semana estuvo en casa aquella amiga de mi cena en Hamburgo, la inteligente. Ella tiene la teoría de que las mujeres terapeutas se hacen tales para decirles a los demás lo que tienen que hacer, mientras que los hombres son más científicos, les importa un bledo en sí que alguien sufra: simplemente les resulta fascinante la mente humana. En su experiencia, es mejor ir con un terapeuta hombre que con una mujer. Interesante, aunque no tengo la menor idea de si es verdad. Acepto sugerencias.

19 comentarios:

Julieta dijo...

Creo que no interesa si el terapeuta es hombre o mujer ,tiene que ser una persona con la que te sientas bien ,que haya química entre ambos ,que te escuche porque para eso vas..No es fácil lograr todo ésto ,ah y aparte que hable español porque pienso que te va a ser mucho más fácil desnudar tu intimidad con alguien que lo haga..
Cariños

Pablo dijo...

La Tana sabe exactamente qué debe hacerse en todo momento (sobre todo qué debo hacer yo en todo momento) y no es terapeuta, hay que ampliar la definición; eso por comienzo.

Parece razonable la perspectiva de tu amiga aunque no aplicable a todos los casos, la cuestión varía - me imagino - en función de la patología y del paciente. Yo nunca en mi puta vida fuí al psicólogo (hay quien dice que buena falta me hace, mi vieja sin ir más lejos) porque no termino de entender cuál vendría a ser el sustrato de esa relación económica o, lo que es lo mismo, qué bien o servicio recibo a cambio de sus honorarios, pero una cosa te digo puesto en la misma disyuntiva también elegiría un profesional hombre.

Linda dijo...

Martín...
Cual sería tu tipo de vida ideal?
perdón mi pregunta que se que te suena estúpida, pero necesito comprender cual es tu fin en todo esto, si en verdad quieres aprender a ser feliz con lo que tienes o quieres encontrar el lugar ideal para ser realmente feliz.
Yo preferiría terapeuta mujer y que hable español.
Saludos Martín.

Alicia dijo...

Estuve a punto de escribir que lo de las terapeutas mujeres no es verdad... pero despues de pensar un rato... tu amiga tiene razon!!
Ya sabemos lo de las generalizaciones, etc, etc, pero si se hacen es que algo hay, no?
Yo tuve dos terapeutas mujeres durante un largo tiempo y lo unico que consegui es perder plata y que encima me revolvieran todo el cerebro sin lograr nada productivo. Son todas una bitches!!
Anyway, hace dos años fui de visita a Argentina y estab re-mal de la cabeza y del cuerpo y me recomendaron un psiquiatra hombre... En 6 sesiones (no tuve tiempo para mas) me arreglo la vida. Y no te miento, los mas de 40 años que llevaba de miseria me los saco en un mes. Y si, es verdad, los tipos son mas cientificos pero si ademas son un poco sensibles y sensatos, te salvan la vida.
Seguro que ya te recomendaron muchos terapeutas, pero si llegas a viajar a Argentina y queres sus datos decime, el tipo es alucinante!
En sintesis, lo que necesitas es un terapeuta machito, que sea latino si es posible, y mejor si es argentino, nadie te va a entender mejor.

Anónimo dijo...

Lo importante es a quién vas a escuchar TÙ, a quién vas a respetar TÙ en sus opiniones. TÚ buscas, tu eliges. Lo demás es método científico que cualquiera estudió en la uni.

La pregunta una vez más es a ti.
Lo que yo elegi, lo que yo elegiría, seguro, no te interesa.

Martín dijo...

Básicamente, coincido con todos en que el terapeuta tiene que ser simplemente alguien con quien me sienta bien, porque esto aumenta las probabilidades de que me pueda ayudar.
Pero es que estas sesiones con estas dos terapeutas y las que tuve hace años con un terapeuta hombre cuando apenas llegué a Alemania (ahora recién empiezo a ver la relación entre ambas situaciones... si seré...), reconozco que el comentario de esta amiga me dejó pensando, y tengo que reconocer que me coincide con la (¡pequeña!) experiencia.

Martín dijo...

Julieta, creo que sí hay diferencias entre la forma en que una mujer o un hombre terapeuta encararían una terapia, incluso dentro de la misma escuela terapéutica, porque los hombres y mujeres son distintos, por suerte. Creo, después de todo, que sí preferiría un hombre para tratarme.
Es como las mujeres que prefieren ir a un ginecólogo y no a una ginecóloga. Creo.

Martín dijo...

Pablo, te acompaño en el sentimiento, compadre. Somos casi la mitad de la humanidad en tu situación.

Martín dijo...

Linda, ¡qué pregunta! Quizás se podría decir que mi vida, aunque sea en el papel o en teoría, es muy buena. El problema creo que lo tengo yo, que no puedo disfrutarla. Y el problema, al menos en parte, viene del lugar en donde me encuentro, que es muy desafiante para el espíritu, por decirlo elegantemente. Una mierda, ba, por decirlo como lo pienso. =P
En pocas palabras, lo que me sobra es lo que se puede comprar. Lo que me falta es lo que no. Y eso, tarde o temprano te afecta. La pobre Novia tiene demasiado terreno para cubrir, y no es justo para ella.

Martín dijo...

Alicia, perdoname la comparación, pero justo anoche estaba paveando en YouTube y ví al Negro Olmedo "rompiéndole el trauma" a Mónica Gonzaga... y me hiciste acordar con tu descripción de la terapia, ¡¡¡jaja!!!
Pero en serio, te entiendo. También creo que tiene mucho que ver con el tipo de terapia. Por lo que estuve leyendo por ahí, hay básicamente 3:
- ortodoxa, que se concentra en el pasado del sujeto, asumiendo que encontrando las causas se avanza hacia la curación. Ventajas: ayuda al autoconocimiento. Desventajas: es muuuuy larga.
- conductista, que se concentra en el futuro, donde el terapeuta indica al paciente explícitamente las actitudes a tomar para lograr sus fines. Ventajas: muy rápida. Desventajas: es superficial y localizada, no ataca la enferemedad sino su síntoma.
- gestáltica: se concentra en el presente. El terapeuta ayuda al paciente a conocerse y a valorarse y de esta forma a sentirse mejor, independientemente de las circunstancias. Es un balance de las otras dos.
Adiviná cuál me gusta...
PD: las dos terapeutas que vi hasta ahora era conductistas =/

Martín dijo...

Pal, en realidad sí que me interesa tu opinión. Las experiencias de los demás sirven.

Alicia dijo...

Mmm... gestaltica??
Me olvide de agregar que ademas los hombres son mas "practicos", te abren la cabeza y te conectan los cablecitos y listo el pollo.
A las mujeres nos gusta hablar mas, darle vueltas a las cosas y a veces metemos los dedos donde no debemos ;-)
Si vos sos hombre, practico y directo al grano, probablemente necesitas alguien mas parecido a vos. No se, creo yo, igual hay de todo dentro de este campo, pero creo que es importante que conecte con vos al menos desde el aspecto cultural/idiomatico y de como ves vos el mundo.

Martín dijo...

¡bingo! Te ganaste una licuadora =)
Entiendo lo que me decís de las mujeres, y comparto.
Yo soy de esos que no cree que hombres y mujeres sean iguales, y me gusta que así sea. Me gustan las mujeres =P y a veces uno no quiere una solución sólida y racional, sino simplemente un hombro para llorar. Otras, por más que se nos explique claramente qué hacer para encarar una situación, es difícil asumirlo y necesitamos darle vuelta al asunto, masticarlo, "darle vueltas". Y las mujeres, con esa característica, ayudan.

@lb@ dijo...

Jamás se me había ocurrido esto de las sicólogas mujeres, y puede ser que sea cierto, es muy interesente lo que se plantea y además para pensarlo cuando uno está por elegir sicóloga. Ahora, para mí, vos Martín necesitas definitivamente un terapeuta hombre, muy inteligenteb y de mucho carácter, porque si no los vas a dar vuelta como una media. Saludos

Martín dijo...

¡¡¡JAJAJA!!! Alba, diste en el clavo. Novia me dice exactamente eso.

@lb@ dijo...

Alicia, podrías pasarnos los datos del siquiatra maravilloso que te salvo la vida ? Gracias

Juan dijo...

Martin, ni se duda a la hora de elegir un terapeuta hombre o mujer. Yo voy más allá. Todos mis especialistas médicos, sin excepción, son tios. Porque se puede hablar de fútbol, música, sitios a donde ir a cenar, todo ello mientras te diagnostican. Hoy precisamente fuí a mi médico de cabecera y mientras me firmaba el alta médica nos dió para hablar sobre el coche que se ha comprado, una cervecería nueva que han abierto al lado de la consulta y, cómo no, meternos con varios políticos locales. Eso no lo vas a conseguir con una vieja.

Martín dijo...

Juan, además de un buen consejo (y con una justificación teórica inapelable) me alegraste el día. Venía con una mañana de mier..., con historias en el trabajo, la nieve hasta el copete, etc.
Se agradece.

Juan dijo...

¿Lo ves?. ¡Y sin costarte un euro!