martes, 20 de diciembre de 2016

¿por qué?... la yapa

Mi memoria me decía que no era todo, pero no le hice caso. Acá tá...

Saliendo de Caleta Olivia por la ruta nacional 3, que va pegada a la costa, se ve un paisaje increíble. Yo pensaba que solamente se encontraba agua de ese color en lugares como la costa de Croacia, o de Sicilia, o en los folletos de las agencias de viajes. Las pelotas. En la costa argentina, bien al sur, allá donde la civilización apenas asoma y el océano atlántico tiene piedra libre, también. Si no, mirá:


Es lindo, ¿no?... No. Era. Cuando uno mira en detalle, entrecierra los ojos hasta que forman una rendija (manera chota de mirar el mundo si las hay, pero necesaria a veces), ve cosas como esta:


O sea, gente arruinándola para el resto. Gente siendo gente. Estúpidos, que quiero pensar que son contados, de esos que se creen que la basura desaparece del mundo una vez que desaparece de su campo visual. Los mismos idiotas que, con su cerebrito bonsai, llegan hasta el siguiente razonamiento: si tiro la latita por la ventana del tren, no ensucio el tren. Y me ahorro tener que pararme y caminar hasta el final del vagón, donde está el tacho de basura. La misma mentalidad de unas viejas estúpidas, de esas que caminan agarradas del brazo, que me vieron una vez caerme en la moto (por suerte iba a paso de hombre y lo único lastimado fue mi orgullo) y me dijeron que las motos son muy peligrosas y que la vendiera. ¿A quién? me preguntó mi cerebro. Para el que compra la moto, ¿no es peligrosa? Esa mentalidad acotada, con un poder de mantener una línea de razonamiento que se acaba cuando llega la siguiente respiración, es un cáncer que hay que erradicar. No es aceptable. No me interesa si los que (no) piensan así se extinguen o aprenden a pensar, la cosa que se termine esta complacencia con uno mismo y con los demás. Nunca levanté ni levantaría un dedo contra otra persona, pero a esos les deseo la extinción. Deshonran la vida, los dones de la naturaleza, el privilegio de estar vivos, e insultan a los que se rompen el traste y sacrifican su vida para que otros, contemporáneos o futuros, tengan un mundo mejor. Lamentablemente Darwin es muy lento en algunos contextos.
Y la corto antes de que alguien me tire una zapatilla, pero no sin el postre: