martes, 24 de diciembre de 2024

2 o 3

La pregunta que me da vueltas en la cabeza estos días y calculo que por los próximos 4 meses es: seguimos 2 o somos 3.

Perro tiene una "novia" que entró en celo hace un par de días. La dueña nos interceptó en la calle hace dos años, cuando la perra apenas tenía 9 o 10 meses y todavía no había tenido ni el primer celo. Desde entonces me viene bicicleteando con hacerlos tener cría. Ahora va por el 4to y esta vez sí, parece, se alinearon los planetas. Los primeros dos celos definitivamente era demasiado joven, y el tercero la encontró en un momento en que, por trabajo, no podía clavarse 2 o 3 meses en su casa para cuidar a la madre y a la camada como se merecen.
Es costumbre que el dueño del macho, moi, en este caso, se quede con un cachorro. Aparentemente, incluso, puede elegir al cachorro, puede ser macho o hembra, el color que más le guste... lo que sea, siempre y cuando la camada sea suficientemente grande, digamos 3 cachorros o más. Todas estas cosas se hablan de antemano e incluso puede llegarse a redactar un contrato.
Digamos que todo va bien y tenemos una camada de 6 cachorros, por decir algo. ¿Me quedo con uno? El precio de un ejemplar de pastor australiano es significativo, lo sé por experiencia, pero realmente no juega ningún rol en mi decisión de si me quedo con el perro o pido el dinero de la venta. La cosa pasa por aspectos mucho más relevantes, como mis ganas de lidiar con un cachorro que los primeros meses me va a hacer sus necesidades en un departamento con mucho parqué y alfombra, por ejemplo. Otro de los temas que me desvelan, o mejor dicho, el tema que me desvela, es cómo afectaría mi relación con Tobías. La calidad de vida de Tobías, por lo que me dicen los que han tenido perros, mejoraría, porque la clase de compañía que puede darle otro perro no se la puede dar un humano. Tendría con quién estar y jugar y ser perro en los momentos en que yo estoy ocupado o incluso sin ganas (depre, cansado...). En eso siento toda la empatía: con todo lo que él me da, no es una novia, por ejemplo, así que creo que comprendo este punto. Pero lo de nuestra relación... eso es algo sagrado que no quiero tocar en lo más mínimo, y no sé qué pensar. Me gusta ser nosotros dos, ese círculo íntimo e intocable que tenemos, esa relación única. Nos entendemos, él me educa, me saca a pasear, me tiene paciencia, me enseña a ser mejor persona, me acompaña, hace de cualquier salida a comprar 2 manzanas a la verdulería de la otra cuadra una aventura. Se preocupa por mí, me perdona mis arranques, me sigue, me adora. Es mi bolsa de pelos llena de 24 kg de oxitocina. Me da propósito, me calma, me ve el alma y todavía me elige. Y no quiero tocar nada de eso.

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