lunes, 10 de febrero de 2025

palomas

Esto lo escuché alguna vez sobre los peronistas, aunque después supe que fue dicho en algún momento sobre los idiotas en general y luego cada quien lo aplica al interlocutor a su gusto: "Debatir con un idiota es como jugar al ajedrez con una paloma: va a tirar las piezas, cagar en el tablero y después irse con sus amigos a celebrar victoria."

Y esto lo leí por ahí y coincido plenamente. Lo escribió un filósofo y pastor alemán disidente que murió en un campo de concentración alemán en 1945. Supongo que lo escribió en alemán (aunque hablaba muy bien el inglés), pero el texto que encontré estaba en inglés. Así que mandé una traducción automática que quedó bastante buena, pero la adapté para que exprese un poco de mi sentimiento al respecto de este tema:

"Es una comparación ingeniosa, pero, según el teólogo Dietrich Bonhoeffer, también es muy preocupante. Para Bonhoeffer, la estupidez es mucho más dañina que la maldad. En la vida existen personas malas: asesinos, deshonestos, etc. Pero no son la mayor amenaza. Porque cuando se identifica algo como malvado, el bien puede unirse para defenderse y luchar contra eso. Cuando sabemos que alguien es malo, sabemos cómo tomar una posición. Como expresó Bonhoeffer: “La maldad siempre lleva en sí misma el germen de su propia ruina.”
La estupidez, sin embargo, es un problema diferente, y no podemos combatirla con tanta facilidad por dos razones. La primera es que, como sociedad, somos mucho más tolerantes con ella. No tomamos la estupidez con demasiada seriedad ni atacamos a alguien por no saber algo. La segunda razón es que la persona estúpida es escurridiza. Como una paloma jugando al ajedrez, no está abierta ni al razonamiento ni al debate.
Por eso, para Bonhoeffer, la estupidez es mucho más peligrosa, porque a menudo es un arma, el arma, que las personas malas pueden utilizar. A estas personas les resulta difícil tomar el poder por sí mismas, necesitan que las personas estúpidas hagan el trabajo por ellas. Una persona estúpida puede ser guiada, manipulada y dirigida para hacer muchas cosas. La historia nos enseña que ser estúpido no significa que no puedas tener poder.
La maldad es un titiritero, y no ama nada tanto como a un idiota poderoso."

Este análisis no es estrictamente sobre el dicho anterior de la paloma sino sobre el tema de qué es peor, más dañino: la estupidez o la maldad. Mi pensamiento es que la maldad uno la puede contener si la identifica a tiempo, pero sobre todo es moralmente más justificable tomar medidas drásticas contra gente mala, pero la gente estúpida suele verse como más inimputable: le das un garrotazo a un estúpido y te mira con ojos de carnero degollado, y es una mirada sincera. Sencillamente no sabe qué hizo mal. Y sin embargo, el daño que cada uno puede ocasionar, como bien argumentó Bonhoeffer, es como mínimo equiparable en magnitud.

Los espartanos no se andaban con vueltas: si un miembro de la sociedad era débil mental o físicamente, lo descartaban, al punto de dejar un bebé recién nacido toda la noche afuera para ver si sobrevivía. Si bien esto es más mito que realidad, y la selección de los recién nacidos no era exclusiva de Esparta sino más bien relativamente común en el mundo antiguo, el hecho es que era una cuestión de supervivencia, con el beneficio añadido de que presionaba la selección de los más aptos. Sin pretender llegar a esos extremos, hoy en día se ha no solamente interrumpido cualquier proceso de selección, sino que además se ha impuesto el "proteger" a los más débiles. Nos guste o no, se pueda tildar de "ético" o de "moral" o no, esto tiene una y sólo una conclusión: la raza humana va a deteriorarse. Cuando uso el término "débil" no estoy refiriéndome a discapacitados de nacimiento, sino a personas física y mentalmente intactas que, por su crianza, su entorno, y la manipulación de otros, no crecen y se desarrollan como miembros productivos de la sociedad, sino todo lo contrario: se transforman en lastre. La sociedad gasta recursos no en el bienestar común, sino en reparar el constante daño que causan esas personas a las que no se las preparó para hacerse cargo de sí mismas y, al contrario, se les enseño a gritar "¡injusticia!", sirviendo así a un titiritero inescrupuloso.
Cuando la meritocracia se publicita como algo dañino, y los bobos que nunca pisaron una biblioteca aplauden, el andamiaje que lleva al progreso, no solamente tecnológico (carente de valor en sí mismo), sino moral, social y de bienestar de todos, se va desintegrando y eventualmente todos pasamos a peor vida.

No hay comentarios.: