Hay un asunto que hay que aclarar. Los alemanes. O Alemania. No me gusta/n, y ojo que (a propósito) no dije “son una bosta”, que lo pienso, pero no lo dije ;)
En realidad, el tema lo veo así: no me gustan, y estoy conciente de que mi experiencia en Alemania no es de lo más representativa. Me pasaron cosas bastante jodidas y que me costó y cuesta recuperarme. Seguro, me podrían haber pasado en cualquier lado, pero me pasaron en Alemania. Y uno juzga en base a la experiencia. En mi caso, trato de no encerrarme y veo y hablo con los demás, pero la opinión es más bien generalizada: son jodidos, en el sentido de que son fríos, consumistas y calculadores, y acá, en Argentina o en Birmania es difícil adaptarse cuando la gente no te recompensa por intentarlo. Esto puede sonar como una crítica dura, pero es una realidad. Me sentiría muy feliz si estuviera equivocado, y aunque cada vez parezca más al pedo y día a día pierdo más la esperanza, siempre trato de encarar la cosa como si fuera yo el que no le encontró la vuelta. Pero somos tantos…
Ese no es un buen argumento. Hay tanta gente que cree que ser argentino es equivalente a ser arrogante, y yo no lo creo. Pero ese es un tema que da para mucho. Otro día.
Volviendo a los alemanes, no es que quiera criticarlos, al contrario, me gustaría encontrar los puntos en común para sentirme mejor entre ellos. Después de todo, vivo rodeado de alemanes y no parece que los 80 millones tengan ganas de adaptarse a mí. Pero déjenme a veces despotricar, macho. Al final, para qué escribo, ¿no? Además, pienso que es entretenido encontrar formas refinadas y recontra-despreciativas de insultar a alguien sin putearlo. Así cualquiera. Y los alemanes me inspiran.
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2 comentarios:
cuando me vine mi hermano, que había vivido muchos años en Europa, me dijo: nunca te olvides que en todas partes es lo mismo.
Ese ha sido mi moto, mi frase guía en mi vida en Alemania. Siempre me pregunté y cómo hacen amigos? y como demuestran cariño?
Pero todavía sufro si no se valoran gestos que para mi son fundamentales... y cuantas veces los habré herido yo a ellos?
Lo peor, te advierto, es que cuando vuelvas a tu tierra dejaras de vivir sin reflexionar, como lo hacías antes... a partir de ahora serán "los argentinos" y empezaras a mirar desde afuera.
No tengo tiempo de negarte la frialdad que otros ven en los alemanes, yo veo el respeto del pediatra por el cuerpo de mi hijo (no lo toca si no lo ha saludado y pedido autorización), yo veo la constancia y el cariño de mi amiga de la uni para conmigo y con mi hijo... veo la fidelidad de mi marido... me inundo de la emoción de escuchar el concierto de navidad de Bach en la iglesia de la esquina... y agradezco la navidad que pasé con mi marido en el hospital y los 10 min en los que el marido de una amiga vino a parar el árbol de navidad... no me invitaron a la cena, pero el árbol estaba paradito ahí... ese día Wolfgan paró tres árboles distintos... ah! y el bendito árbol lo trajo la vecina... en fin es cosa de mirar por el otro lado y aceptar.
Si me hubiera quedado en Chile, tendría más amigos íntimos que el par que tengo? no creo. Lo cotidiano sería distinto, si.
Es que en todas partes es lo mismo, solo el idioma cambia, y no todos somos buenos para los idiomas.
Pal, como verás te contesto estoy con dos años y 3 meses de retraso, pero como estoy en casa con tiempo para relajarme un poco me puse a leer cosas viejas, y encontré tu comentario.
Ya hemos pasado por muchos intercambios de opiniones acerca de los alemanes, pero de todos modos me parece que vale repetir que no coincido con lo que decís. Tu visión es demasiado conciliadora (por llamarla de alguna manera) para conciliarla, valga la redundancia, con mi experiencia. Esa experiencia, los hechos, son únicos, y su interpretación es lo que puede variar. Pero los hechos están y son indiscutibles. Y no coinciden con tu interpretación. Lamentablemente.
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