miércoles, 2 de julio de 2008

el parche de agua

Hace ya doce semanas que estoy yendo y viniendo a Suiza y desde el primer día que quiero usar la moto y no me animaba por una cosa o por otra: que se le tenía que hacer la inspección de los 1000 km, que si no quería comprar la viñeta para usar la autopista en Austria, que la viñeta para la autopista en Suiza, que si llovía, que si hacía frío, que si no le instalé el navegador, que si Mickey Mouse se tiñó de rubio...
Pero como esta es la última semana me dije "¡qué buena está mi novia!", pero no tiene nada que ver así que sigo con lo de la moto. También me dije "esta es la mía, la empresa me paga el combustible así que...". Con la vista puesta en el viaje y con la promesa del servicio meteorológico suizo de que iba a haber sol toda esta semana, preparé a la bestia para la aventura: le llené el tanque y le miré la presión a las ruedas. Listo.
Nop. El lunes me desperté a las 3 de la mañana por los relámpagos y truenos. Como el Mini Cooper S que me dieron hace 4 semanas ya lo devolví, y el Skoda de mi novia tenía una reservación para su inspección anual el jueves, no me quedaba otra que ir en moto, así diluviara. Y vaya que diluvió. No es que me moleste salir cuando llueve; me gusta andar en moto en cualquier circunstancia, pero esta vez tenía que viajar temprano, cuando todavía era de noche, en una moto que casi no conozco y, lo peor, habiendo dormido poco. Así que a las 4, después de calzarme las botas, el pantalón y la campera "blindada", el casco y los guantes, me puse en marcha. No hice más de un par de kilómetros que, todavía en Múnich, en una avenida de 3 carriles para cada lado, un auto adelante de mí se pasa de pronto a la derecha. Ahí me doy cuenta que fue para esquivar un tremendo parche de agua de unos 10 metros de largo a que ocupaba todo el carril izquierdo (donde yo estaba) y la mitad del del medio. El auto no llegó a esquivar el agua completamente así que levanto una ola que literalmente me bañó, haciendo que entrara agua en la bota derecha y en el casco.
Mientras tanto, por mi parte intenté frenar lo más posible con la moto sin bloquear antes de llegar al agua, levanté las piernas para no mojarme más todavía, me agarré del manillar bien fuerte tratando de que la moto no se incline, pero solté un poco el acelerador para que la rueda de atrás no pase a la de adelante (o sea, para no ir a parar a los caños). Todo esto con los ojos cerrados porque el agua que me salpicó el auto me entró en los ojos...
De alguna forma me la llevé de arriba. No sé cómo pero salí bien de esa. No podía parar porque me temblaban las rodillas del susto así que tuve que seguir. Lo que me preocupaba ahora era la bota mojada, pero por suerte en cuanto salí un poco de Múnich la lluvia paró y con el aire moviéndose para atrás a 160 km/h se secó en un rato. A pesar de la hora y la lluvia hacía calor así que no me enfrié. La semana pasada estuve enfermo e incluso dos días en cama, así que no quería recaer. Cuando encargué el paquete que incluía los asientos calefactables lo hice más pensando en la reventa que en usarlo, pero tengo que reconocer que es una maravilla. Lo otro que aprendí es que estos alemanes saben hacer motos de viaje. Con todo lo que pasé y sin embargo viajé siempre cómodo, calentito y relativamente seco. Increíble.
En fin, hoy es miércoles y ya hace tres días que me levanto con una sonrisa de oreja a oreja sabiendo que voy a manejar la moto aunque sea 15 minutos para ir al trabajo. Eso y la vuelta son la mejor media hora de mi día. Y encima puedo estacionar directamente en la cochera subterránea de la oficina, en lugar de tener que usar el estacionamiento que está a 10 minutos a pie, y al sol. El auto era un sauna finlandés cada tarde :S
Para terminarla de adorar está el tema del consumo: 6 litros cada 100 km, y no venía precisamente manejando como una abuelita yendo a la iglesia el domingo. Hoy voy a ver si voy un rato a Zúrich. Supongo que va a ser la última. Me pone un poco triste ahora que lo pienso...

2 comentarios:

pal dijo...

juajajaja nunca he entendido lo del amor a la moto, y con lo que cuentas MENOS!
Yo tengo un toyota y gasto 5,4 a 100. Con carretera y ciudad incluídas (ok más carretera que ciudad...) pero ese es el promedio mensual.
Ah! y yo soy principiante asi es que imagínate como consumo en ciudad, pero mi marido que NO ES principiante vuelve a normalizar el promedio... nonono, el que gasta más es porque tiene ganas.
Oye y lo del asiento calefaccionado: en una moto! juajajajJAJAJAJAJAAJjajajajaja
ps:
me alegro que lo pases bien, de verdad.

Martín dijo...

Pal,
¿qué te puedo decir? El amor es ciego (y tonto, y cabeza dura, y delirante, y masoquista, y...) así que no hay justificación posible.
¡¡¡HEY!!! no te rías de mi asientito calefaccionado, que te deja los cachetes de la cola calentitos. No sé si sirve para sacarte el frío, pero se siente rico. Y no pienses chancho ;-)