miércoles, 3 de abril de 2019

desamparado

Empecemos con algunos conceptos previos.
Aprobar un examen no significa saber de la materia. Van paralelos, hay correlación, pero no necesariamente hay causalidad. Depende de qué tan bien esté diseñado el examen con el que se miden los conocimientos y el contexto en que se realiza el examen. Los nervios, el clima, el cansancio... todo nos aleja de nuestro mejor potencial a la hora de probar lo que sabemos de algo. Como lo demuestran constantemente los chinos que van a estudiar al extranjero con un certificado de TOEFL bajo el brazo: ellos saben el TOEFL, no saben inglés.
No sé si será el hecho de que fui a la universidad y después hice más estudios, o simplemente es algo que digo para simultáneamente darme corte y no admitir que soy un obsesivo, pero el asunto es que cuando voy a tener un examen lo encaro con seriedad y no subestimo el asunto, por más trivial que sea el contenido del examen. En consecuencia, cuando saqué la licencia de conducir en Alemania, le dediqué muchas, muchas horas a estudiar el temario y las preguntas, que eran de elección múltiple y nos las daban por adelantado en un libro con el resto del material didáctico. Si no me engaña la memoria, pagué algo de €90 por ese material y le saqué el jugo. El examen costaba otro tanto y yo no tenía ni la más mínima intención ni de repetir ni de pagar de nuevo; no podía darme ese lujo en tiempo y plata. Como resultado, cuando fui al examen me senté con un montón de adolescentes que apenas salían de la secundaria y necesitaron cada segundo de la media hora que nos daban para contestar esas 30 preguntas. Moi? Minuto y medio. Me resultó tan fácil que usé otros 2 o 3 minutos para hacerlo de nuevo, por las dudas. Teniendo el tiempo disponible, jamás entregué un examen sin revisarlo.
¿Qué me exigía el Verkehrsamt (Dirección de Tránsito) para honrarme con una licencia para operar maquinaria autopropulsada de hasta 3500 kg? Además de un examen de vista (no hay mucho para contar), también pedían haber aprobado un curso de primeros auxilios en donde se nos desasnaba respecto a las leyes que rigen en casos de accidente, abordaba los principios de funcionamiento e importancia de diversos órganos del cuerpo, aplicación de RCP, contacto e interacción con servicios de emergencia y cosas así. Bien dado, conciso, informativo, pedagógico, didáctico. Los alemanes son buenos explicando. Para la parte teórica, son obligatorias 14 horas (de esas de 45 minutos) de clases que se hacen en escuelas de manejo oficiales. También hay que hacer obligatoriamente un mínimo de 20 hs de manejo en auto-escuela con instructor. Todo esto suma un promedio (varía en función de la provincia y hasta de la ciudad en que se hace) de €1381. Es decir, el sueldo de un mes de una cajera de supermercado a tiempo completo más algún premio.
Acabo de volver de la Charla de Legislación que brinda la Municipalidad de General Pueyrredón para cumplir con uno de los requisitos para obtener la licencia de conducir.

Mmm...

Mmm... ehmmm... mmm...

Esteeeee...

¿Por dónde empezar?...

A ver... la persona que dio la charla... ¿cómo decirlo delicadamente?... No me atrevo quiero puedo creer que terminó la secundaria primaria salita de 4. Tampoco puedo creer que esté al frente de una clase. Ni que esté de docente. Ni que sea inspectora de tránsito. Ni que tenga trabajo de ningún tipo que no sea cosechar espárragos o frutillas. Limpiar es más complicado de lo que parece y dar vuelta hamburguesas ofrece más margen de error y tiene más consecuencias de lo que uno asume. Entre otras perlitas que nos regaló, como muestra bastan un par de botones:
- la señal de "ceder el paso" es un triángulo ⛛, no como el de "pare" 🛑, que es un "triángulo hexagonal". Juro que dijo eso. La señal de "pare". La del octágono.
- "ponganlon": porque en el imperativo de la primera persona del plural más el pronombre pospuesto o enclítico (admito que tuve que buscar cómo se llama el coso ese) lleva "n".
- "mandensen": en esta juro que tuve que esforzarme para no levantarme y retirarme. El contexto era el de una ambulancia con sirena y luces y su prioridad de paso en los cruces, incluso cuando va por la izquierda. En Argentina se popularizó que los autos particulares, en casos de trasladar a alguien de emergencia, llevan un pañuelo blanco para señalizar el problema y la gente les da el paso prácticamente como si fueran  una ambulancia. La exponente nos explicaba que, en caso de accidente, la ley no los ampara porque no son ambulancias. Y ahí fue cuando nos dijo que en semejante caso, si somos los conductores de un auto que lleva a alguien que se está muriendo y llevamos pañuelo blanco, nos podíamos "mandar", o sea, correr los riesgos de cruzar una intersección a ciegas y a alta velocidad. Ni me atrevo a insultar al lector con una explicación, por más sucinta que sea, de por qué esto es una barrabasada, y ni hablar de la irresponsabilidad que implica que nos lo diga quien nos lo dijo. Viva la pepa.
- el objetivo número uno de esta charla fue el de ayudarnos a pasar el examen, no el de enseñarnos a manejar ni mucho menos proteger la vida.
Como agregado, y en línea con la calidad de los contenidos, en la puerta de la edificación donde se dictaba la charla y donde habría unos 80 policías, había 2 estacionamientos exclusivos para discapacitados... con unas 15 motos estacionadas. Y en el acceso, con un cartel de "prohibido estacionar en ambos sentidos", 7 autos estacionados a ambos lados.
Es apabullante.
Anteanoche salí con Perro a darle la vuelta... del perro... antes de ir a acostarme, y había un patrullero estacionado en la bocacalle con dos policías adentro, ventanillas abiertas. El semáforo estaba rojo y vino una camioneta cuyo diseñador hace mucho, mucho que falleció. Sin luces (no me refiero a que no tenía las luces prendidas; no tenía las luces, los reflectores), sin chapas patente, sin cinturones de seguridad, con dos chicos viajando en la caja, y con un escape que parecía Chernóbyl por la cantidad de porquería que tiraba y el volumen al que lo hacía. ¿Los policías? Ocupados con los celulares. Me quedé pasmado. Seguí mirando. Se puso verde el semáforo, se fue la camioneta, volvió a ponerse rojo el semáforo. Vino un ciclomotor sin espejos, sin chapa patente, sin luces, conductor sin casco y acompañante con el casco en el codo, escape modificado (ruidoso). ¿Los policías? Seguían ocupados con los celulares, pero el más próximo al ciclomotor intercambió unas palabras y todos se rieron. La acompañante se puso el casco sin abrochárselo y se fueron.
Y yo pagando impuestos. O queriendo cruzar la calle. O pretendiendo vivir en un estado de derecho. Me fui a casa arrastrando los pies y pensando en qué es lo que les dejo a mis sobrinos, uno empezando la secundaria, el otro a punto. ¿Cómo les explico? ¿Cómo le explico a un extraterrestre? ¿Y a un turista? ¿Y a San Martín?
Lamentablemente, contra mi hábito de despotricar contra los alemanes, así es como un teutón ve y explica:


Claro, conciso, sin florcitas, azúcar ni faltantes.
En cambio, en nuestro país, las personas que tendrían que exponer los conceptos a heredar por las futuras generaciones los visualizan (palabra de moda) así:


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