miércoles, 3 de julio de 2024

pelota de rugby

Cuando era chico tenía una pelota de rugby. Estoy seguro de que me la regaló mi tío, que jugaba y era fanático. Yo nunca jugué porque tengo problemas bastante serios en la columna, en las vértebras lumbares, y un golpe o un movimiento en el lugar indicado y me quedo sin caminar y sin copular. Qué fino.
La cuestión es que cuando mis padres se divorciaron, mi hermana, mi mamá y yo nos fuimos del PH donde vivíamos a un departamento, y nunca más vi la pelota. Era amarilla, y generalmente residía al fondo de una canasta con todos mis juguetes. Tampoco sé qué se hizo esa canasta. Era linda y contenía todos los objetos que pueden ser importantes para un nene de 3-4 años.
En la vida a veces perdemos cosas. Incluso las perdemos sin enterarnos. Un día ya no están y pasa un tiempo sin que nos demos cuenta de su falta. Cuando somos chicos el día es mucho más largo y lleno de aventuras y cosas que aprender y esos objetos son uno de muchos, y cuando somos grandes el día es demasiado corto para todos los líos que tenemos que enfrentar e intentar solucionar. A veces pasa que nos despertamos y algo nos recuerda a un determinado objeto que teníamos hace muchos años y que nunca supimos qué pasó con eso. Lo vemos en una foto y surge el recuerdo de su existencia, pero no podemos seguirle la pista. Es como el gatito o el hámster que teníamos y un día no está, y nuestros padres nos cuentan que "se mudó". En ese momento, un día o dos, pensamos en el tema y después la vida sigue y nosotros con ella. Es un proceso hermoso e inocente.
Desde que se murió mami tengo una relación mucho mejor con mi hermana. Mami, a la que extraño poco, quizás por los años de práctica que tuve viviendo lejos, sin contacto frecuente con ella, era un factor negativo en la relación con mi hermana. Y sospecho que para mi hermana también lo era en la relación conmigo. El mundo, tan asqueroso como lo veo, era peor cuando estaba mami, que a sus setenta y algo había entrado en esa etapa de victimización y criticismo que entran las mujeres a cierta edad. Típicamente es de viejas, como mami, aunque lo de victimización ahora ya es a partir de la cuna, pareciera. Pero ese es otro tema.
El asunto es que ahora con mi hermana estoy llevándome bien (toco madera). Es una mezcla de que estamos aprendiendo a hacerlo, conociéndonos en otra etapa de la vida, con mucha más madurez, y todo alimentado por el hecho de que el uno para el otro somos la única familia de sangre que nos queda y nos necesitamos, no por interés, sino emocionalmente. Siempre nos quisimos, pero siempre nos peleamos. Ahora aprendimos a aguantar más y nos disfrutamos más.
En este momento, eso es lo que no quiero que le pase como a la pelota de rugby. El hecho de que este país esté hecho una reverenda mierda, lleno de animales que no saben lo que es una puta regla, el prójimo o las responsabilidades, es un empujón tremendo para querer irme, y mi hermana y mis sobrinos son lo que me frena. Y a veces creo que son lo único que me frena. No sé si está mal o bien, pero es así.
El fin de semana estuve en Buenos Aires y volviendo de cenar, a 30 m del departamento que alquilé, un pastor belga atacó a Perro. No llegó a morderlo pero le arrancó un mechón de pelo del cuello. La imbécil de la dueña salió con ese animal sin bozal, una correa demasiado floja y el cerebro (si es que lo tiene) apagado. Llamé a Perro para darles espacio, y cuando se metió en la entrada del edificio seguimos caminando. El puto animal salió y se le tiró de nuevo a Perro, volvió a fallar, y me encajó el mordisco a mí, en la pierna izquierda, 10 cm arriba de la rodilla. Si hubiera ido con mi sobrino (nos separamos media cuadra antes) lo hubiera mutilado. Policía (6 genios, aunque eso ya es otra historia en sí misma), ambulancia, certificado de vacunas, denuncia penal al día siguiente y todo un circo que le cuesta millones al Estado, todo por una típica argentina. "Nunca lo había hecho" fue lo menos incoherente que dijo.
Estoy harto.

No hay comentarios.: