lunes, 19 de agosto de 2024

energía

No ando bien. El tema de estar solo me afecta más y más. Lo veo y lo sufro en cada aspecto de mi vida, cada cosa que pienso o hago. Cuando me despierto, solo. Nada más quiero una mano para tomar, o una respiración que escuchar. El desayuno, solo. No le preparo nada a nadie, y me hago siempre lo mismo (que me gusta mucho y por lo que estoy enormemente agradecido). Salgo a caminar, solo. No tengo a quién preguntarle si quiere venir, a dónde, si le traigo algo, ni pensar en sorprenderla con un chocolate. Ni nadie me espera en casa. Curiosamente, en retrospectiva, Perro es un lujo de alternativa, pero es otra relación, algo único y distinto a la que uno tiene con una pareja, o con un amigo o con un familiar. Con la moto, o la cámara. Obviamente, cuando digo que quisiera una mano para tomar, no puede ser cualquier mano; tiene que ser la de esa persona, la que amo o aunque sea tengo la ilusión de amar. Esas cosas son muy complicadas y soy el último en reconocer mis propios sentimientos.
Como sea, estoy bajoneado. No tengo energía. Me cuesta hacer cosas, y hasta me cuesta escribir una lista de 3 o 4 cosas para hacer. Todo es el Everest, y un Everest oculto. Y estoy en silla de ruedas. Porquería total, y ya estuve ahí a donde voy y tengo que parar el asunto ahora antes de... no vale la pena una metáfora, es una mierda como se lo escriba.
Volverse viejo es una bendición y una porquería al mismo tiempo. Para los que no tuvimos un modelo a seguir es especialmente choto, porque uno se vuelve más sabio cuando ya no puede hacer mucho con lo aprendido. A medida que voy acumulando primaveras se me hace más y más transparente lo importante que es para mí la conexión con las personas, sean familiares, amigos o pareja. Siempre fui muy selectivo y ese es el motivo; siempre lo supe, pero me pesaba e intentaba sacarme el mote de difícil, cuando en realidad tendría que haberlo cultivado. Puedo nombrar 3 amigos de mi tiempo en Alemania que me apoyan en esto, y eso me hace sentir bien porque además cada uno de ellos son gente que admiro.
Pero aunque esté en el buen camino, sigo siendo un bicho tímido y conservador que amo mil millones de veces más el proceso de conocer a alguien como ser humano antes que como cacho de carne, con las ilusiones y desilusiones, los malentendidos, los perfumes, los roces, las miradas, los primeros besos, hasta poner las cartas sobre la mesa y finalmente las inspecciones en braille, en lugar de esa mierda de Tinder & Co. Y sin embargo, lamentablemente ahí también juega un rol mi falta de energía, porque me es imposible ponerle ganas a conocer a alguien sin no dispongo de energía. Y no dispongo de energía. Me siento como una bañera que le sacaron el tapón y se fue toda el agua.

Tengo que remontar esto antes de que se empiece a acomodar en mi cabeza y se ponga feo en serio. Voy a empezar por limpiar el horno.

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