jueves, 28 de noviembre de 2024

cinismo

El significado del cinismo desde la Edad Media es muy diferente del original. Hoy en día tiene una connotación muy negativa porque se usa para señalar la desvergüenza y la falsedad al mentir o defender acciones o doctrinas que son reprobables, o una conducta descarada para hacer cosas indebidas o mentir, generalmente fingiendo desconocimiento o ignorancia. Resumiendo: cinismo malo, malo.
Pero su sentido original era el filosófico como fue concebido en el siglo IV a.C. por Antístenes y Diógenes, y tenía valores muy loables. Según cuentan, guiados por el amor a la naturaleza, los cínicos clásicos atesoraban y practicaban algunas virtudes como:
- parresía o franqueza en el hablar,
- adoxía, o guiarse por la razón sin dejarse influir por modas,
- la falta de linaje aristocrático, noble, etc.,
- autarquía, o la independencia,
- apatheia, o dominio de las pasiones,
- kartería, la fortaleza,
- ataraxia, fin ético que se sustenta en la serenidad.
Hasta hace quizás unas dos semanas, cuando por algún motivo que no recuerdo me crucé con estas definiciones, nunca había escuchado hablar de todo esto. En el colegio no tuve filosofía y las pocas veces que intenté leer algo del tema me resultó un gran somnífero. Así que acá estoy, como Trump, diciendo "lo que la gente no sabe" cuando en realidad es él el que no sabía algo hasta hace hace 10 minutos que lo leyó en el celular mientras iba en auto con chofer.
La cosa es que de esa lista, que me parece espectacular y me tienta a identificarme como cínico, hay dos palabras en particular que describen muy bien mis propios tendencias, dos rasgos que aprecio y cultivo en mí: la apatheia y la ataraxia. El resto, que me parecen igual de valiosas, las encuentro más obvias y comunes a otras filosofías.
En algún lugar leí que la ataraxia era el control sobre nuestras reacciones, y si bien no estoy seguro de que esa sea la definición correcta, en cualquier caso mi objetivo no es el autocontrol: eso lo veo más como un paso intermedio, un recurso transitorio en mi evolución, para minimizar daños. No, mi fin último es que no haya algo que controlar. Ejemplo banal: si voy cruzando la calle como se debe y algún conductor le manda saludos a mi mamá, el autocontrol implicaría que me enfurece pero me la aguanto y sigo caminando, sabiendo que el tipo es un imbécil y si lo interpelo quizás escale la situación y termine mal. Eso hace daño, porque uno no es de teflón, perfectamente resiliente; tragarse la bronca es insalubre. Una mucho mejor situación es que, sabiendo que el tipo es un estupidito que nunca escuchó hablar del código de tránsito, que si escuchó está convencido de que eso es para los demás, no para él, que tiene atribuciones especiales, o que piensa que las reglas están para romperlas, la idea es que no me haga mella, que no me frustre y por lo tanto me enfurezca. La frustración por la situación en Argentina es difícil de superar, pero llegados esos momentos donde cristaliza en nuestra quehacer diario, uno puede tomarlo con ataraxia y seguir su vida sin verse excesivamente afectado, sin tener que andar temblando 10 minutos por toda la adrenalina que no logra reabsorber. Es horrible, y quisiera evitármelo, y creo que el camino es ser más comprensivo con la realidad, aceptar lo que no puedo cambiar, y seguir mi camino.
En cuanto a apatheia, cuando dice "dominio de las pasiones" no creo que se refiera a cosas como reprimirse en una situación de enojo sino a ejercer autoridad sobre pasiones tipo debilidades humanas como la atracción sexual, la envidia, la competitividad y cosas así, situaciones donde incitarían reacciones de nuestra parte basadas en factores subjetivos y nuestra reacción a ellos, en lugar de estar basadas en lo mejor para la situación. Un ejemplo, perdón si es nuevamente banal, sería el de disculpar a alguien por un error simplemente porque se trata de una mujer sexualmente atractiva.
La cosa es que hasta hace muy poco yo no estaba enterado de que el cinismo era una corriente filosófica bastante rescatable y, desde mi punto de vista, hasta perseguible.
Un comentario final sobre la apatheia y la ataraxia: creo que en ambos casos es muy fácil caer en la apatía, y supongo que hasta habrá alguna justificación de que una es la raíz de la otra o algo así. Pero no creo que sean lo mismo. La apatía es la falta de interés, en cambio la apatheia (lograr no dejarse llevar por las pasiones) y la ataraxia (mantener la calma) se apoyan en parte no en la apatía, sino en la empatía, el comprender la naturaleza de las cosas y evitar caer en las trampas del pensamiento corto e instintivo que nos llevan a comportarnos como imbéciles.
Creo.

No hay comentarios.: