viernes, 28 de noviembre de 2008

7 días, 17 horas, 24 minutos

No es difícil adivinar a qué se refiere el título: es lo que me falta para despegar a casa. O mejor dicho, lo que le falta a mi cuerpo, porque todo el resto ya se fue. Y ahora mi cuerpo está bastante inquieto buscando el resto de mí para informarle que todavía estamos acá, que no nos fuimos, y que sería mucho mejor si nos concentráramos en el trabajo en lugar de soñar inútilmente, que no va a adelantar la partida ni por un segundo.
¡¡¡ME-QUIE-RO-IR!!!...
No es que me olvide de que hay gente que, por más tiempo incluso, espera un transplante de hígado, la llegada de un amigo que hace años que no ve, o un soldado que se fue a la guerra, o la condena de muerte, o el juicio que determina si va a ser padre y madre o no; pero todo eso no logra situarme en perspectiva y ayudarme a sobrellevar la espera. Simplemente hacen que, además de estar ansioso por mi propia espera, también piense en toda esa gente y les desee lo mejor.
Grrrrr... ¡quiero ir a casa!

6 comentarios:

Pablo dijo...

Si sabré de ansiedades, te diría que inventé el concepto. En tu lugar estaría caminando por las paredes.

pal dijo...

juas!
SIIII, ya te fuiste, ya no estás.
Mi hermano siempre dice eso, el que viaja loprimero que se le va es la cabeza.
Besos y suerte!

Anónimo dijo...

Ya está! Acabo de regresar del aeropuerto en Portland. !Te paso la posta, querido!

PS. Horrible en fiestas!

CUATRO SOLES dijo...

tu viaje y el mio tiene mucho en común: espera, ansiedad, diciembre en verano, encuentro, abrazos, el alma en la mano, madre e hijo...zas! ya me emocioné ...
esto de estar por parir me hace tener la lágrima fácil ...
Un besote.

Lena dijo...

Perdon mi despiste...el despegar a casa es q vas a Argentina? La ansiedad de un viaje es lo peor!

Suerte,

Martín dijo...

Hola Lena,
sí, me refiero a Argentina. Hace ya un año que no voy. Sé que no es mucho en comparación, pero personalmente este año fue muy, muy denso, y necesito oler mi casa (aunque apeste, ¡jaja!). Ya sabés: mi casa es mi castillo.
Por un lado sé que lo voy a disfrutar porque es mi casa, pero por otro no idealizo demasiado así que tengo el miedo normal de reencontrarme con las "cosas de siempre": corrupción, desorden, etc. Tiendo a ser optimista y tratar de apreciar las cosas lindas que tiene mi ciudad y no amargarme por los idiotas de siempre, que todos conocemos.
un beso