Cuando me compré a Perro el año pasado, hacía pocos meses que había salido John Wick: Chapter 2 en Blu-ray. La analogía fue inevitable, sobre todo si uno mezcla suficiente alcohol y antidepresivos: si bien por un camino diferente, el protagonista también se hace cargo de un perro que con sus cualidades llena la vida del humano que a cambio lo alimenta, le da un techo y le junta la caca. Una vez que la película establece esa relación en el espectador, los malos matan al perro y activan la parte menos simpática del señor Wick. Y si bien no tengo armas ni la capacidad para usarlas si las tuviera, el sentimiento está y Perro no ha hecho más que alimentar el instinto protector que tengo hacia él. Es un bichito tan lindo, fiel, noble y bien intencionado, que hasta Terminator (y estoy pensando en el T-1000) se agacharía a acariciarlo y preguntarme qué raza es, qué edad tiene y cómo se llama, antes de seguir camino para achurar a John Connor. A todo esto, Keanu Reeves anda en moto.
Y ahora me rompí la pata. Así que ahora uso bastón, por lo menos por algunas semanas. Y hace unos días, cuando salía a pasear a Perro, me vi en el espejo del ascensor y pensé en Dr. House llegando al trabajo y que me falta 13. Aunque el personaje de Hugh Laurie maneja una Honda CBR1000RR Fireblade con los colores de Repsol y yo ando en una Kawasaki, él usa bastón, igual que yo; la esclerótica de los ojos de Dr. House es blanca, la mía también. Ya está. Se terminó el parecido.
Gracias a la imbecilidad e inoperancia tanto del sistema como de los empleados en la DNRPA, estoy con unos días libres para dedicarle tiempo a un par de cositas que, si bien no me reportan nada que se pueda llamar productivo, el hecho es que son cuestiones pendientes y a las que me gustaría abocarme un poco. Por ejemplo, y muy relacionado con lo del patentamiento de la moto: cuál es la situación del parque de motos que anda circulando. Para eso me hice una planilla muy simple y que consiste en 6 columnas: casco, espejos, silenciador, chapa patente, luces y exceso de pasajeros. Creo que se explican más o menos solas pero por las dudas:
- casco: la Ley argentina establece que es obligatorio su uso. Si falta, no se puede circular. Así de fácil.
- espejos: según lo que pude encontrar en el código de tránsito de la Provincia de Buenos Aires, las motos tienen que tener como mínimo el espejo izquierdo.
- silenciador: esta es la más difícil porque, por lo menos en el caso de Mar del Plata, la normativa municipal es ambigua, no prevé las sanciones, y de todos modos no se aplica. Sin embargo, no solamente existe; a diferencia del casco y los espejos, molesta al prójimo, en algunos casos en forma exagerada y definitivamente innecesaria.
- chapa patente: ya sea porque se les rompió (cuando eran de plástico), porque se la robaron o porque no se les da la gana, circular sin la identificación está prohibido por obvias razones.
- luces: acá tuve que dejar la columna sin llenar por el simple hecho de que a) hice el relevamiento de día, y b) no sé qué dice la Ley respecto a circular con la luz encendida en la ciudad, como por ejemplo en las rutas de la Provincia de Buenos Aires. Ahora que lo pienso, podría haberme fijado si tenían siquiera las luces. Hay vehículos tan cachuzos circulando que ni los reflectores tienen, y a veces ni siquiera la luz de freno o de giro. Anecdóticamente, de noche sí se ven motitos que no tienen ningún tipo de luz.
- exceso de pasajeros: no existe una moto que permita llevar más de dos personas, incluyendo el conductor, así como la mayoría de los autos permiten llevar solamente 5 personas, y por eso disponen de 5 cinturones de seguridad.
Hay otras dos cosas (en realidad hay más) que uno tiene que cumplir para circular, pero que no puedo verlas simplemente sentado en algún lado mirando las motos pasar: la profundidad del dibujo en las cubiertas, y el seguro de responsabilidad civil. Así que esas dos quedan fuera.
Así que ahí fui con Perro y mi planillita con renglones como para relevar 100 motos, y me senté en la esquina de casa a eso de las 4 de la tarde. En poco más de media hora la tenía llena, como los huevos de Perro, de estar sentado al sol sin hacer nada. Como sea, fue un promedio de una moto cada 20 segundos, más o menos. Sé que es una muestra un poco chica y, si el tiempo y las ganas lo permiten, la intención es hacerlo otras cuatro veces (o sea, hasta relevar 500 motos) para que el estudio sea más representativo.
¿Los resultados? Interesantes. Casualmente, exactamente 50 motos tenían todo en regla, y las otras 50 que pasaron acumularon 84 "faltas". Una sola llevaba 3 pasajeros (y encima era un chico chiquito, una locura; y sin casco, por supuesto), mientras que 9 anancefálicos le cambiaron el escape a la merda de moto que tenían para que hiciera más ruido. 21 de esas 50 motos no tenían los espejos y 22 estaban sin chapa patente. La falta más común, previsiblemente, fue la falta de casco en 31 casos.
La concentración de las faltas fue así: 29 motos tenían una falta, 11 tenían dos, 7 motos tenían 3 faltas y 3 motos tenían 4.
El tema del casco es interesante: de los 69 conductores que llevaban casco, 19 cometieron una o más de las otras faltas (el 27,5%), mientras que de los 31 conductores sin casco, 17 cometieron por lo menos una falta adicional (el 54,8%). Es decir: si uno es un imbécil que no se molesta en usar casco, tiene el doble de probabilidades de cometer por lo menos una falta adicional, comparado con alguien que sí tiene algo entre las orejas y toma las medidas del caso para protegerse.
Mirando esto, se me ocurrió preguntarme si el uso del casco influye en si uno es más respetuoso también con las otras reglas, o por lo menos si hay una correlación. Y efectivamente, hay 53 faltas que no se tratan del tema casco y se reparten así:
- 24 son cometidas por 19 de los 69 conductores que sí usan casco (los 50 conductores restantes no cometen ninguna otra falta), o sea menos de 0,35 faltas por conductor que usa casco,
- las otras 29 son cometidas por 17 de los 31 imbéciles que no usan casco (los 14 conductores restantes no cometen ninguna otra falta), o sea que los idiotas que no usan casco acumulan un promedio de 1,93 faltas cada uno.
Quiere decir que el uso o no de casco es un buen estimador de si el tipo está cometiendo otras faltas, y cuántas: el que no usa casco tienen prácticamente el doble de probabilidades (54,8% contra 27,5%) de estar cometiendo alguna otra falta que el que sí usa, y a su vez acumula casi 5,6 veces más faltas (1,93 contra 0,35), cometiendo también más faltas adicionales.
Se puede traducir todo eso a algo que al fisco le interese: recaudación (¿o era seguridad vial?). Suponiendo que estas faltas se multen con $1000 cada una (al margen de que habría que secuestrar el vehículo para que no siga circulando en esas condiciones), se pueden poner dos puestos de control durante media hora, donde uno pare a los conductores con casco y el otro a los que no lo llevan. El primero va a parar el 69 motos y va a recaudar ($1000 x 69 x 0,3478) $ 24 000, mientras que el segundo va a parar 31 motos y recaudar ($1000 x 31 x 1,9355) $ 60 000, o sea 2,5 veces más, que no es poco. Pero esto es en el caso de que se puedan multar a todos los conductores al mismo ritmo que pasan, lo cual no es cierto. Redactar una multa, con las discusiones que genera, lleva tiempo. Ahí radica el cuello de botella. Así que con suficiente tránsito ambos puestos van a estar excedidos de infractores y por eso van a multar a la misma cantidad de infractores por unidad de tiempo. Si suponemos que pueden multar 10 infractores en media hora (al margen de la cantidad de faltas que cometa cada infractor), el puesto que pare a los conductores sin casco va a recaudar $ 19 355, mientras que el otro puesto solamente recauda $ 3478. Ahí es donde se hace presente en la práctica ese factor de casi 5,6 que calculé antes.
Si en lugar de usar la falta de casco como criterio para decidir parar a un conductor, se puede ver qué pasa si usamos los otras dos faltas más comunes: la falta de chapa patente y la falta de espejos. Resulta que los que circulan sin chapa patente acumulan un promedio de 2,09 faltas (lo que representa una recaudación de $ 20 909), mientras que los que andan sin espejos acumulan un promedio de 2,33 faltas ($ 23 333).
Uno podría, a priori, suponer que los que andan sin espejos son los que van a maximizar la cuestión económica, pero en mi opinión no es así. Mi razonamiento es que si bien la diferencia en recaudación es de $ 4000 entre parar a 10 tipos por falta de espejos contra parar la misma cantidad por no usar casco, la diferencia en consecuencias en caso de accidente son enormes por no usar casco, y nulas por no llevar espejos: esos tarados sin casco van a ir a parar a un hospital y entre el viaje en ambulancia, un par de radiografías y la consulta, ya se gastaron de sobra esa diferencia de $ 4000 recaudados adicionales.
Lamentablemente, parar a los que andan sin espejos o sin patente no ayuda mucho a agarrar a los que andan sin casco, porque solamente un tercio de los que estos andan además sin espejos o patente. Sin embargo, parando a los que tienen casco caen la mitad de los que andan sin espejos o sin patente.
Dr. House usa casco.
viernes, 8 de febrero de 2019
de asesino a doctor
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