miércoles, 18 de julio de 2012

5ta parte: Dublín - Inverness

Dejar Dublín no fue fácil. Pasé dos días hermosos con Novia y un conocido/amigo argentino, su hermana y su novia italiana que habla español. Y francés. E inglés. O sea...



Novia se tomó el cole al aeropuerto y yo salí para Larne, al norte, para tomar el 6to y ante último transbordador de este viaje, esta vez a Troon, en Escocia. Mi destino del día: Ayr, un pueblito con un B&B con una reputación de la gran siete. Lo interesante es que después de 3 días seguidos de lluvia en Belfast y Dublín, 10 km al norte de Dublín salió el sol y así quedó hasta que terminé el viaje. Ni una gota de agua. Es como si el clima irlandés hubiera tenido algo en contra de Novia, pobre. El cruce del Canal del Norte fue rápido y relajado. Salió a las 5 y media de la tarde y con la ayuda de un cafecito y sacando fotos por la borda las dos horas se pasaron enseguida.

llegando a Troon, en la costa suroeste de Escocia

Cuando desembarqué me llevó solamente 20 minutos llegar a Ayr y lo primero que hice fue preguntar dónde podía cenar. Entre pitos y flautas eran más de las 8 de la noche y el bagre empezaba a picar. Resultó que había un hotel enfrente con un restaurante aparentemente famoso en la zona, y la verdad que no era difícil ver por qué. La comida era espectacularmente rica, los precios adecuados, el servicio amable y profesional, y el ambiente era tan pero tan recalcitrantemente escocés (en el buen sentido) que si hubiera entrado Sean Connery hubiera calzado perfecto. Lo más alucinante de la cena fue el postre, que por supuesto fotografié...

chis queic con chocolate blanco y Baileys =)

A la mañana siguiente, además de mi rutina de comer como un elefante etíope, saqué un par de fotos y me quedó grabada esta del la entrada del hotel:

 como para que no te queden dudas de lo escocés del asunto...

Antes de encarar para el norte, seguí la sugerencia de un amigo inglés y fui a visitar el Castillo Culzean (se pronuncia "culín", como si la "z" no estuviera). Para cualquiera que le interese, ya sabe a quién preguntarle más datos. Lo único que puedo decir es que no solamente vale la pena visitarlo, sino que es mejor todavía hacerse socio del National Trust for Scotland, que por el precio de 2 ó 3 visitas, da acceso por un año a todos los lugares bajo su administración. Una ganga. Y creo que encima incluye el estacionamiento.
Al mediodía salí para Inverness, siguiente parada y la segunda y última de este viaje que elegí exclusivamente por su ubicación, no porque me interese visitarla. Escocia es un país relativamente despoblado; si tenemos en cuenta que 2 de los 5 millones de escoceses viven en Edimburgo, la densidad de población en el resto del país es apenas 38 hab./km², comparado con los 218 de Alemania, que viven bastante uniformemente distribuidos. Esto se traduce en que tienen grandes extensiones prácticamente vacías de pueblos o siquiera caseríos...

panorámica de la A82 antes de llegar al Lago Leven
¿alguien dijo Patagonia?

 más A82, la mejor ruta que pasé en Escocia; bien asfaltada, curvas amplias y menos tránsito que en la luna

El motivo de haber elegido Inverness para pasar la noche era que quería recorrer el famoso Lago Ness, y aunque uno se las dé de escéptico y la mar en coche, no pude evitar desilusionarme por no ver al famoso Nahuelito local. Me sentía medio estúpido escudriñando el agua constantemente en lugar de mirar por dónde manejaba, pero es que uno se da manija, ¿vio?

de fondo el famoso Loch Ness; el único monstruo que vi fue en el espejo esa mañana

En cuanto a Inverness, la verdad que fue el lugar más triste y tieso de todo el viaje, como si hubieran tenido duelo nacional o algo. Esta ciudad está en la desembocadura del río Ness, que conecta el lago con el Mar del Norte, pero más que eso no hay para decir. El B&B era limpio, barato y cómodamente situado, pero insípido, como la ciudad. El día estaba nublado cuando llegué, pero el sol a la mañana siguiente no arregló demasiado las cosas. Casi que hubiera convenido que siguiera nublado, para quedarme aunque sea con la duda.

 
Inverness... nada para recalcar

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