lunes, 29 de enero de 2024

otra parte

Oscar Wilde dijo que los placeres sencillos son el último refugio de los seres complicados. Eso es lo que obtengo cuando logro hacer nido en algún café donde encuentro 3 o 4 cosas diferentes que me gustan, para ir rotando y no cansarme. Y más vale no perder ese pequeño placer, porque como viene la mano, es todo lo que voy a tener en ese rubro.
No voy a encontrar pareja otra vez. Y no es por molestar con la semántica, pero voy a corregirme: no voy a encontrar pareja. "Otra vez" implicaría que ya conseguí, y lo que tuve fueron candidatas. En el proceso de selección, todas quedaron descartadas por una razón u otra. Recapitulando:
candidata #1 - éramos chicos y fue simplemente una etapa, cumplió su función
#2 - histérica y llena de mambos
#3 - fría
#4 - molesta y paranoica, y, la verdad, un poco pelotuda
#5 - puta, muy puta
#6 - interesada y hasta mala persona
#7 - tonta, y lo digo con el mayor de los cariños que guardo por ella, pero el efecto principal era que no había comunicación posible
#8, #9 y #10 - no sé, simplemente un error, el resultado de la atracción inicial y el dejarme llevar por la peor de las consejeras y muy amiga del miedo: la soledad
#11 - histérica, princesa
#12 - fría
#13 - momento y lugar equivocados, no pudo ser
#14 - desquiciada mental
#15 - una cagada de mujer

En una entrevista con el diario El País, allá por 1981, Borges (hoy la tengo con los escritores) dijo: "No estoy seguro de que yo exista, en realidad. Soy todos los autores que he leído, toda la gente que he conocido, todas las mujeres que he amado. Todas las ciudades que he visitado, todos mis antepasados..." Como la mayoría de las veces que apoya la pluma en el papel, tiene razón, y las pocas veces que no la tiene, a uno se le pasa porque se pierde en la belleza de la forma en que escribió la gansada de turno. En mi caso, hay demasiado ruido en mi cabeza y demasiada frustración y paciencia abusada y bronca acumulada gracias al pisoteo e invasividad de los argentinos y sus ruidos y su falta de palabra y su efusividad sin substancia. Todo eso atenta contra querer volver a mis raíces. Ahora, en lugar de raíces, las veo más como un estado primordial a partir del cual un argentino, idealmente, evoluciona y supera lo que lo rodea. Claro que si tuviéramos un mínimo espíritu de superación no estaríamos así. No seríamos así.

Volviendo a la lista de esas 15, por el motivo que sea siento que tengo que aclarar que no es que tuve sexo con cada una para que esté en la lista. Y a dos de ellas, curiosamente las que fueron las relaciones más largas, las conocí a través de alguna plataforma de citas. Al resto las conocí en fiestas, eventos, amigas de un conocido, frecuentar lugares en común, cursar algo juntos, en fin, circunstancias de la vida, coincidencia en tiempo y lugar. NADA de eso hago hoy en día. No tengo amigos con amigas solteras, no atiendo a eventos de ningún tipo, y más que a pasear con perro no salgo consistentemente. No piso un bar hace muchos años y no lo extraño en lo más mínimo. De hecho, prefiero quedarme en casa viendo Rocky 14 antes que ir a un bar, salvo quizás que vaya con amigos y, en lo posible, con Perro, cuya compañía me es mucho más agradable que la de casi cualquier humano. Creo que ese tipo de salidas las hago, en promedio, una vez por año desde que llegué a Argentina, aunque cada vez menos. Conozco dos a priori candidatas, vecinas en el edificio donde viví hasta el año pasado, ambas alrededor de los 40, bastante potables físicamente pero que no salen de la reencarnación, el horóscopo y el "soy independiente".
Es decir, me voy a morir solo. No voy a conocer a nadie, simplemente porque no voy a lugares en común con mujeres de 30-40, y estoy tratando de hacerme a la idea. No es fácil, y no sé cómo hacerlo, pero no veo otra. No es que no vea mujeres lindas, es que eso no es lo que busco. Que sea linda, fina, sexualmente atractiva, es apenas una condición lamentablemente sine qua non para que me genere interés conocerla. Tranquilamente cambio una 10 pelotuda por una 7 interesante, pero ahí reside el problema: estoy cada vez más desesperanzado de que haya una X interesante. Y eso, lo digo una vez más, me entristece profundamente.

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